Capítulo 4

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12 de junio, 2021

Enzo:

Veo el número de Ammbar en mi celular y no entiendo por qué no me puedo sacar de la cabeza a la dulce mujer de ojos ámbar.

Debe ser porque la semana que viene tengo otro evento... ¿No?

Supongamos que sí.

El número de Ammbar es opacado por el de mi madre cuando me llama.

—¿Sí?

—¿Trabajando?

—Como siempre, mamá.

—¿Por qué no descansas un poco?

—No estoy cansado.

—Puedes hacer algo con la bonita chica que llevaste el martes.

Me quedo callado.

—De seguro van a pasarla bien.

—No lo sé, mamá, ella tiene cosas que hacer.

—¿Todo el día? —no respondo y ríe—. Ve con ella, quizás luego te arrepientas de no haberlo hecho, te dejo, besos.

—Cuídate.

Corto y mientras una de mis secretarias me pone un café a mi izquierda, pienso si es buena idea o no.

Bueno... supongo que saber un poco más de ella no nos hará daño ¿No?

Es sólo para saber con quién voy a los eventos. Nada más.


—Aula 5 —me dice Felipe cuando bajo en el estudio de danza.

Entro y voy directo por el pasillo buscando su aula, hasta que llego.

Una canción suena alta y cuando veo por el vidrio de la puerta, identifico a Ammbar con una calza negra que se ajusta a su lindo trasero y una remera suelta, lleva una coleta y está girando con una precisión increíble de ver.

Cuando voy a entrar, me detengo con el ceño fruncido cuando un chico envuelve su brazo en su cintura, elevándola y bailando con ella.

¿Quién es ese rubio? ¿Y por qué la toca tanto?

La eleva en brazo y la deja caer sobre él, haciendo que ambos estén muy cerca, sólo que ella tiene los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, pero él la ve fijamente.

Aprieto los puños, molesto, y estoy a punto de abrir la puerta, pero me detengo.

No son nada ¿Por qué te molesta? No debería molestarte.

Bufo y salgo, Felipe al ver mi cara no dice nada, solo espera conmigo en el auto a que Ammbar salga.

No conozco a esta chica, sólo sé que su sonrisa es hermosa y contagiosa, que no tiene problemas en llevarme la contra y decirme que no si así lo quiere, es amable y dulce y baila mejor de lo que dice.

Pero nada más.

Debo tranquilizarme.


Luego de unos minutos, vemos a Ammbar salir con el rubio detrás de ella riendo y varias personas más.

Cuando ve a Felipe se detiene confusa, se despide y se acerca al auto.

—¿Qué haces aquí, Felipe? —le pregunta confusa.

—Vine a buscarla, el señor Leone quiere hablar contigo.

—¿Ahora sí quiere hablarme? Wow, que sorpresa —dice irónica sin percatarse que estoy aquí.

Frunzo los labios ya que es cierto que la ignoré el martes, pero por una buena razón.

Sin Querer Queriendo (#1 Trilogía Tratos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora