Sin Querer Queriendo (#1 Trilogía Tratos)

Capítulo 23

29 de septiembre, 2021

Ammbar:

—¿Crees que voy a cometer un error? —le pregunto un poco asustada.

—Creo que debes tomar una decisión antes que las cosas empiecen a confundirse más —me responde Nat.

—¿Quieres estar con él? —me pregunta Lucas y asiento—. Entonces no dudes más, hazlo, salta al vacío —dice exagerando con su mano señalando hacia adelante.

—¿Y si no hay agua? —pregunto y ellos se miran.

—Pues aquí estamos nosotros contigo y también para unirnos y golpearlo —dice Nat haciéndome reír.

—Seguro que Axel también se une —dice Lucas y Natasha lo mira mal.

—Él no.

—¿Por qué no? —pregunto—. También es nuestro amigo.

—No me cae bien —dice viendo sus uñas como cada vez que quiere evitar un tema.

—¿Segura es eso? —le pregunta Lucas y ella asiente para levantarse de la cama.

—Sí.

—¿Por qué no te cae bien? Es genial —digo queriendo más información, ella bufa y hace una mueca.

—¿Genial? No. ¿Bobo, idiota, pesado? Sí.

Con Lucas nos miramos y la miramos a ella.

—Nat...

—Simplemente me cae mal, déjenlo ahí —dice saliendo del cuarto.

—¿Crees que le gusta?

—Creo que por primera vez le interesa alguien luego de años —le digo entusiasmada a Lucas y él ríe chocando los cinco conmigo.

—¿Hoy no tienes práctica? —me pregunta Enzo cuando me busca luego de enseñar por la tarde en el nuevo lugar.

—No —hago una mueca mientras me coloco el cinturón en el asiento del acompañante—. Mmm... digamos que con Max estamos... un poco tensos...

—¿Qué pasó? —pregunta un poco más seco.

—Nada, sólo una pequeña pelea.

Asiente.

Mentirosa.

¿Quieres que le diga que me besó?

Deberías.

No ahora, quiero hablar de lo otro.

En el camino hablamos de nuestro día.

—Mañana hay un lugar que quiero ver... Me gustaría que me acompañes —lo miro y sonrío sabiendo que debe ser para el estudio de tatuajes.

—Claro.

—¿Qué quieres hacer? —me pregunta parando en un semáforo, voltea a verme y suspiro.

—¿Película?

—Yo elijo —dice frunciendo el ceño.

—Ni en broma, yo elijo —me mira indignado.

—Pero...

—Pero nada, yo elijo —bufa, molesto.

—Siempre elijes tú, no vale —masculla de mala manera y río.

Cuando le pregunto cómo anda su familia, el enojo se le pasa un poco, pero por ahí intenta persuadirme para él elegir, lo cual no lo dejo.