53. Preparativos pt. 1

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La mañana llegó y no por tu alarma, sino porque comenzaste a sentir lengüetazos en tu cara, al abrir los ojos te pudiste topar con un Galgo Afgano enorme, era Kira, y lo supiste por la placa que colgaba de su cuello.

-¡Kira! - gritaste al poder enfocar bien. Estabas emocionada de volver a ver a tu perrita.

Aquella mascota continuó meneándote la cola y sacando la lengua en forma de felicidad, era evidente que ambas se habían extrañado y la abrazaste con muchas fuerzas. Pero en todo eso, algo no cuadraba... estabas en Boston, no en Japón ¿Cómo es que está aquí?

Saliste de la habitación y en la sala estaba la jaula de Kira y algunos juguetes tirados por la sala y al fondo en la cocina estaba Draken con un delantal, estaba de espaldas por lo que supusiste que estaba haciendo el desayuno. Se volteó tu novio para servir el desayuno en la barra y te visualizó y saludó.

-Buenos días, princesa - dijo tu novio quitándose el delantal y aproximándose contigo.

-Hola, mi amor - dijiste dándole un beso en la boca. - ¿Cuándo llegó Kira aquí?

-Es tan inteligente que sabe viajar en avión - dijo Draken de forma chistosa - no creas, se la trajo tu abuela pero estaba en el hotel ya que la dejamos allá cuando desempacamos, hoy en la mañana vino tu abuela a visitarte y te trajo a Kira y la caja que estaba en el cuarto, te la dejé en tu escritorio, no sé si la viste.

Estabas tan fascinada con la llegada de Kira que no te percataste de aquella caja.

-No la vi... perdón - dijiste entre bostezos.

-Está bien, después de desayunar la checas, por cierto me tengo que ir un rato a ver algunas cosas y regreso a eso de las 8. - dijo Draken mientras llevaba dos platos, eran huevos revueltos con jamón.

En la mesa ya estaban sus cubiertos y las tazas de café y dos vasos de jugo de naranja, aquel chico no dejaba de sorprenderte.

-Está bien, yo tengo que ir al trabajo, entonces no hay problema. - dijiste mientras comenzabas a desayunar.

El desayuno transcurrió tranquilo y después de recoger las cosas Draken se alistó y salió de la casa, te despediste de él y checaste que había en aquella caja que te mencionó al inicio del desayuno.

Entraste a tu cuarto y en tu escritorio estaba aquella caja, era blanca y algo larga, al abrirla pudiste ver un vestido grisáceo, la falda era larga y tenía varias capas de tul lo cual hacía que no fuera plano, la parte de arriba parecía un corsé y los tirantes eran sueltos, no podías esperar a probarlo. Al levantarlo pudiste visualizar tres cartas, las tres estaban dobladas, una era de tu hermano, otra de tu abuela y otra de Draken, cada una de ellas tenía un número por lo que supusiste que era en el orden que deberías de abrirlas. Dentro de la caja, además de las cartas también había unos tacones plateados.

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Lo peligroso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora