Lo peligroso del amor

52. Propuesta indecente

Este capítulo contiene escenas +18

____________________________________________________________________________

Al llegar a tu casa te acostó sobre la cama y se colocó sobre ti.

-¿Qué vamos a hacer Draken? - preguntaste dándole un beso.

-Yo creo que ya sabes la respuesta, pero la verdadera pregunta es... ¿dónde lo vamos a hacer? - dijo continuando dándote besos por el cuello.

-Donde tú quieras, tenemos bastante espacio en la casa. - dijiste de manera segura y lujuriosa.

En ese momento recordaste que tenías una tina en aquella casa, por lo que le propusiste hacerlo en la bañera, era algo nuevo para ambos.

El camino que hicieron desde la cama hasta el baño de tu cuarto se fueron llenando de besos y quitando la ropa, y a pasos torpes llegaron a aquella instalación. Comenzaste a llenar la bañera y buscaste el jabón que hacía espuma.

En lo que esperaban que la bañera se llenara continuaron con besos y alguno que otro roce por parte de sus manos juguetonas. Ambos ya estaban desnudos frente al otro, sus manos viajaban constantemente de tus caderas a tu trasero, mientras comenzabas a besarle con mayor impaciencia y empezaste a morder sus labios con lujuria, eso causó que Draken en vez de manosearte te comenzó a dar nalgadas. Esto hizo que gimieras un poco, volteaste y te diste cuenta que la bañera ya estaba lista.

El se colocó acostado en ella, el agua cubría todo su cuerpo, él abrió sus piernas y te ayudó a entrar a la regadera con mucho cuidado de no resbalar, separó tus piernas con delicadeza y llevó una de cada lado suyo. Era tan gentil su tacto que no sentías miedo, era tu hogar, tu lugar seguro era con él.

-Voy a comenzar - dijo Draken anunciando sus próximas acciones.

Aquel chico era demasiado considerado contigo, tú solo asentiste con la cabeza y con sus manos comenzó a guiar tus caderas hacia su miembro, te ayudó a bajar lentamente sobre su regazo. Con una de sus manos dejó de apoyarte y agarró su miembro para colocarlo erguido y pudiera entrar con mayor facilidad a ti. Al momento que sentiste el contacto de la punta de su glande con tu centro creó que tu piel se erizara con su contacto, después de que Draken creara cierta lubricación comenzó a introducir su miembro en ti; cuando comenzó a entrar no pudiste evitar gemir y él tampoco pudo evitar gruñir un poco al sentir como se iba deslizando lentamente dentro de ti.

Al inicio sus movimientos fueron lentos y suaves, él quería tomar las riendas del momento cuando con sus manos se posicionaron en tus caderas, pero tú al estar encima de él te hizo sentir que podías ser tú la que tomara el control del momento, por lo que comenzaste a dar pequeños brincos sobre su regazo, Draken al darse cuenta de esto dejó que continuaras con aquella posición, seguiste dando brincos y no se podía resistir a ello y sus gruñidos comenzaron a ser gemidos, lo cual creó que te excitaras con mayor facilidad, así fue cuando comenzaste a subir la velocidad y la rapidéz con la que dabas las embestidas.

Tus gemidos y sus gemidos se hicieron presentes y se mezclaron en el ambiente, el sonido de sus regazos y el sonido del agua eran lo que se convirtieron en el ambiente de aquella noche, los gestos que hacía Draken eran tan satisfactorios que buscabas que gimiera más, así que continuaste con las embestidas, hasta que una de sus manos agarró tus caderas y con la otra uno de tus muslos, lo apretó con fuerza, no era doloroso, pero eso te confirmó que habías hecho un buen trabajo, al poco tiempo sentiste como dentro de ti se corrió, aquello hizo que te percataras que no habían usado condón, es lo de menos... mañana tomaré la pastilla, pensaste. Draken te ayudó a quitarte de su regazo para quedarse frente a frente, querías besarle, pero su mirada era tan penetrante que no pudiste evitar sonrojarse.