55. Vals

1.8K 199 81
                                    


Perdón por lo desaparecida, me fui de viaje y olvidé mi laptop en mi casa y cuando subía los capítulos desde mi cel es cuando los marcaba como "publicados" y luego volvían a estar en borradores.

Ahora sí, continuando con la historia :D

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Terminaste de comer tu helado y Draken se paró de la mesa. Pensaste que era para que regresaran al salón para continuar con el vals pero al voltear hacia él se encontraba a tu lado, se notaba nervioso y no dejaba de frotar sus manos con inseguridad.

-¿Qué pasa? - preguntaste al ver el nerviosismo de tu novio.

-Desde hace 5 años que te conozco hemos atravesado muchísimas situaciones las cuales a veces no se han dado de la mejor manera, nos hemos enojado, nos hemos enamorado, hemos reído, hemos llorado, hemos estado juntos y separados, de buenas y malas formas - dijo tragando saliva. - Por eso mismo me he dado cuenta que eres con la única persona con la cual quiero pasar el resto de mi vida - continuó diciendo mientras se arrodillaba frente a ti - Así que, el día de hoy quisiera pedirte que por favor, querida ______ seas mi esposa - dijo sacando una caja de su saco y al abrirla había un anillo de compromiso.

Era un anillo sencillo el cual era de oro con una piedra preciosa al centro, era un Zafiro pequeño el cual estaba rodeado de cristales aún más pequeños.

-Ken... - dijiste muy roja, demasiado sonrojada para el momento, sentías como tus mejillas ardían de lo roja que estabas - Yo... - no pudiste evitar comenzar a llorar y le abrazaste, ambos ya sabían la respuesta, desde que se arrodilló sabías que ibas a decir.

Tu novio comenzaba a preocuparse y preguntó mientras le abrazabas

-¿Esto es un...? - preguntó algo nervioso.

-Es un sí, Draken. Un rotundo, enamorado y feliz sí - dijiste separándote de él para besarle.

Ambos volvieron a unirse en un beso, este fue uno caluroso, tierno y además contenía amor. Demasiado amor. Te colocó el anillo en tu dedo anular en la mano derecha, aquel cosquilleo al sentir como el metal frío recorría desde la punta de tu dedo hasta colocarlo en la posición exacta hizo que te diera un leve escalofrío.

Te detuviste a verlo un poco, extendiste tu brazo a la altura de tu cara y la palma a tu rostro, brillaba con demasiada intensidad, lo veías una y otra vez, incluso de forma torpe e inocente te pellizcaste el brazo con tu otra mano, no te la creías.

-¿Te gustó? - preguntó Draken, tu ahora prometido.

-Me encantó - dijiste con algunas lágrimas en tus ojos, no eran lágrimas de tristeza, sino estabas demasiado feliz que no te la creías. Era un sueño hecho realidad.

Él tomó tu mano derecha, en la cual estaba colocado tu anillo y le dio un beso en él, fue demasiado tierno y posesivo ver a Draken hacer tal acción. Ambos salieron de aquel establecimiento para regresar a la fiesta.

Al regresar al salón cruzaste miradas con una señora que traía un vestido negro y un antifáz que le cubría los ojos. Sentiste que ya conocías a aquella señora, fue la misma que anunció el inicio del vals. Ya la gente comenzaba a bailar al centro de la pista, eran tranquilos pero decididos los pasos de baile, ambos comenzaron a bailar, los dos hicieron que la gente se comenzara a orillar, tu vestido a pesar de que parecía no ser tan ancho al momento de dar vueltas se abría, todos comenzaron a observar cómo bailaba, era una danza demasiado calmada, era la gymnopédie número 3 de Erik Satie. Aquello te sorprendía de dos formas, la primera era que la gente se hiciera a un lado para verlos bailar, y la segunda, es que Draken bailara bien, tu al verle por primera vez pensaste que eran dos pies izquierdos, pero al parecer alguien había estado practicando.

Lo peligroso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora