11. Pelea pt. 1

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Tu alarma sonó y no tenias muchos ánimos de despertar, pero aun así lo hiciste. Te dirigirste a la ducha y comenzaste a bañarte, te relajaba el baño, era uno de los momentos del día que eran relajantes para ti.

Al salir observarste como tu casa seguía teniendo cajas, eso te dio un poco de vergüenza y te pusiste a sacar algunas cosas. Pero la pereza te ganó y mejor ya no hiciste eso.

Te dirigirte a tu cocina y te pusiste a hacer un intento de desayuno, unos huevos revueltos con jamón. No salió tan mal.

Saliste de tu casa con tus maletas para el gimnasio, pero antes irías al hospital a ver a Draken.

El camino transcurrió normal, era una mañana fresca y tranquila, el sol a penas comenzaba a salir y era una de las cosas pequeñas del día que te hacían sentir feliz.

Al llegar al hospital te bajaste y te dirigiste a su cuarto, ya los doctores, enfermeras y staff del hospital te conocían por las muchas veces que habías ido. Además de que ya te sabías el camino de memoria.

Al entrar no estaba Draken, eso te hizo sentir mal, demasiado mal. ¿Dónde está?

Saliste a preguntar a la enfermera y te dijo que estaban aseandolo, que cada cierto tiempo deben de asear al cuerpo de una persona en coma, por lo mismo que esta no puede hacerlo.

Aquello te tranquilizó un montón, tu ya jurabas que algo había pasado y te habías imaginado mil y un pésimos escenarios.

Cuando regresaron a Draken a su cuarto ahora si entraste y te sentaste a su lado en la cama.

-Buenos días, dragoncito - dijiste mientras te sentabas -No me vuelvas a espantar así, yo pensé que te había pasado algo malo.

La enfermera entró y te dijo

-La vez pasada vi como te intentabas acostar a su lado, por eso esta vez lo dejamos un poquito más a la derecha para que puedas acostarte ahora si bien. - termino de decir con una sonrisa. Aquella mujer era demasiado linda, todo ese tiempo que habías ido al hospital te trató de maravilla.

-Muchas gracias - contestaste.

Y en efecto, había un pequeño espacio, así que aprovechaste y te acostaste a su lado.

-Esta vez espero no caerme - dijiste al aire.

Le contaste a Draken como te había ido en la junta y como Miya había renunciado, comenzaste a platicarle que tenias una vaga idea de que la Valhalla estaba detrás de ello, además de que esas marcas de cigarros siempre las veías en las personas que maltrataba Hanma.

Le contaste toda tu teoría hasta que llegó Emma.

-Hola, buenos días. - dijiste parándote de la cama.

-Hola, aquí estas. - dijo entrando a la habitación - justo contigo quería hablar.

-Bueno, dime - tu cuerpo se llenó de nervios.

-Quería decirte que por favor cuides a Draken, como lo haz cuidado al momento, síguelo haciendo. -dijo con los ojos llorosos- Es una persona con muy buenos sentimientos y un corazón gigante, el es una persona increíble que a lo mejor y no habla mucho de lo que siente pero lo demuestra, se acuerda de todo lo que dices a pesar de que piensas que no te pone atención y además es increíble en -se detuvo y pensó mejor lo que iba a decir a continuación - muchísimas cosas más.

-Yo... Emma - dijiste un poco ruborizada

-Déjame terminar - dijo con un fuerte suspiro - si bien fue un error que haya dejado ir a Draken, es lindo ver que ha podido avanzar y que haya encontrado a ti, es feliz poder saber que él es feliz.

Lo peligroso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora