Capítulo dieciocho

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-¿Y son novios y no han hecho nada? -Georgia me miró sorprendida

-Nos tomamos de la mano -sonreí

Miré hacia mis manos, llevaba una pulsera que Santiago me había obsequiado.

No veía a Ares desde que el chisme se había corrido por todo el colegio "Farah tiene novio"

Y sinceramente, no me importa no verle más, creo que es lo mejor para todos.

-¿Y ya se besaron? -Taylor hizo una siguiente pregunta

-No, solo llevamos 4 meses -reí

-Cuatro meses son muchos como para no haberse dado un beso ya! -Brisa gritó

-Me gusta ir un poco lento con el. No llevamos prisa

Santiago me había presentado a su familia, a todos. Han sido tan buenos y agradables conmigo.

Un auto se estacionó frente a nosotras. La cabeza de mi novio se asomó por la ventana del copiloto. Llevaba una sonrisa en su rostro

-Farah, mira las flores que te he comprado -levantó un ramo gigante de flores

Todas mis amigas lo miraron con los ojos brillando. Era como el chico que todas querían, tan detallista e increíble

-Me voy chicas -me levanté de inmediato de las escaleras

Subí al auto y besé la mejilla de mi novio.

-¿Como te ha ido en el colegio? -arrancó

-Bien, ya quiero salir de vacaciones -saqué mi mano por la ventanilla

Nos detuvimos en un semáforo, un auto con ventanillas polarizadas se paró junto a nosotros. Las ventanas comenzaban a bajarse. Todo fue tan rápido. Santiago me hablaba sobre algo que ocurría con Diego, su amigo. Mientras yo observaba a aquel chico que no veía desde hace 4 meses.

Llevaba una sonrisa en su rostro, parecía estar contento, mirando a su copiloto. No podía ver quien lo acompañaba, pero parecía muy feliz. Nuestros ojos se encontraron cuando volteó a ver a un pequeño chico que pedía un poco de dinero

-Hola -dije en silencio, solo moviendo los labios

En ese instante, su sonrisa desapareció y el semáforo se pasó a verde, haciendo que el y su acompañante se fueran rápidamente

-¿A donde vamos? -preguntó

-Hay un mercado de cosas artesanales, quiero ir -hice cara de perrito mojado

-Tengo bastante sed, iré por algo -colocó sus gafas de sol en sus ojos

-Claro, ve... Yo veré por aquí

Tantos colores en ese lugar, tanta gente, tantos olores y tantos sonidos.

Caminé entre los puestos, viendo cada cosa que vendían.

En un negocio había un pañuelo de tela de colores vivos, decorado con unas cuantas flores.

-¿Qué es esto? -pregunté

-Es para sostenerte el cabello -La señora contestó

-¡Es hermoso! ¿Cuanto cuesta?

-150

Santiago iba caminando hacia mi, llevaba una Coca-Cola en sus manos

-¿Me lo compras? -sostuve el pañuelo con mis manos

-¿Cuanto cuesta? -miró a la señora
-150

-Farah, es un gasto innecesario. Tienes muchas cosas que no necesitas, ¿para que habrías de querer eso?

¿Qué te hace pensar que eres especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora