Capítulo dieciséis

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—¿Estas lista?

—¿Para qué? —lo miré mientras tallaba mis ojos

¿Por qué esta despierto a estas horas?

—Ares, son las 5 de la mañana —dije molesta

—Por eso, no iremos al colegio —se acostó junto a mi

—¿Bromeas? ¿En donde dormiste?

—En tu sillón, ¿crees que dejé de ser un busca pleitos para ser payaso?

Lo que me gustaba de Ares es que podía ser cruel e insensible muchísimas veces, pero cuando quería podía ser humano, podía sentir.

Killian manejó hasta llegar al río que rodea a nuestro pueblo. El agua estaba tan clara, estaba bastante calmada.

—¿Que hacemos aquí? —pregunté asustada

—¿Que haces en un lugar con agua?

—¿Nadar? —dije ingenuamente

—¡Muy bien! ¡Felicidades! ¡Pasaste de ser una estúpida con silicona en el cerebro a una tonta! ¡Te mereces un premio!

Idiota

—Sube —señaló una pequeña lancha
—¿Y tú? —tomé su brazo

—Voy después de ti —besó mi frente

Cuando ambos estuvimos dentro de la lancha, Ares jaló la palanca del motor, haciendo que la lancha funcionará.

Parecía que el estaba tan feliz, llevaba una sonrisa en su rostro, me encanta esa sonrisa.

Después de un rato de conducir esa lancha, nos detuvimos en una pequeña casa de madera, habían bastantes flores en el jardín, parecía que estaba deshabitada, pero alguien cuidaba ese jardín

—¿Qué me ves? —preguntó

—Lo feo que te ves —sonreí

—Soy mas guapo que todos los chicos con los que has salido, incluyendo a Santiago

—Claro —dije en tono sarcástico

—¿No lo crees? —se acercó cuidadosamente a mi, intentando que la lancha no se moviese mucho— ¿Sabes que pasa con aquellas chicas que no piensan que soy sumamente atractivo?

—¿Qué? —lo reté con la mirada

—Mueren —colocó su mano en mi mejilla

Parecía que esto nos llevaría a un beso, el cual no quería. Tenía que hacer algo para evitarlo.

No jugaría conmigo, las cosas no serán cuando el quiera. Y que mejor manera de impedir las cosas que el agua.

Para seguirle el coqueteo, me levante un poco, colocandome frente a el, esta vez, yo no iba a perder.

—¿Puedo besarte? —susurró, mientras nos acercábamos más y más

Cuando este cerca de besarte, lo empujas, así es, lo empujas y de ahí, booom, final.

—Claro —me acerqué un poco más

Nuestros labios estaban a milímetros, era hora, tenía que sufrir. Muerta de risa y venganza por dentro, puse mis manos en su abdomen, empujándolo hacia atrás.

¿Les comenté que Ares es demasiado fuerte?

¿Qué te hace pensar que eres especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora