Capítulo veintinueve

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No hubo ni un "Farah, ¿no vas a hablarme?" No hubo nada, y lo sabía. Lo conocía y ayer lo decía muy en serio, no iba a buscarme y yo a el menos.

Ahí estaba el, parado, en el altar, viendo entrar a Brisa, viendo a su futura esposa, probablemente a la madre de sus futuros hijos, no lo sé.
Brisa se miraba hermosa, tan fresca y segura de si, como siempre. Algo estaba cambiando dentro de mi, por un momento comencé a sentirme realmente insegura de mi misma.

¿Soy tan torpe e inútil?

Mis pensamientos comenzaron a invadirme tan rápido que no tuve ni siquiera tiempo para evadirlos, ya estaban ahí, listos para atacar.

Las cosas se estaban saliendo de control, intentaba tener una sonrisa en mi rostro, todo estaba excelente, más que excelente, todo iba bien; la gente comenzaba a mirarme, todos los invitados. ¿Qué sucede ahora?

El padre hablaba sobre el matrimonio, mientras cada uno de los invitados se fijaban en mi.

-Al parecer le ha conmovido bastante -el padre se detuvo

Eso hizo que Brisa volteara a verme, junto con todas las damas y los amigos.

-¿Qué te pasa Farah? -Brisa se separó de Ares- ¿Te sientes mal?

-Esto se va a poner mal -Taylor susurró detrás de mi

-Ven aquí Farah... Vamos, que pasa. No puedes estar así el día de mi boda

Entendí porque todos me miraban, estaba llorando.

-Brisa, yo... Lo siento

Caminé hacia Ares, mirándolo por un momento fijamente, el me miró, todos nos miraron; besé su mejilla, olí esa loción que sabe que me encanta, para después apresurarme a bajar del altar y evacuar la iglesia. En mi momento de salida heroica, algo arruinó todo.

-¡Te amo!

Definitivamente esta será la boda del año.

Los invitados gritaron, estaban impresionados, ahora realmente todos nos veían, hasta los que estaban afuera de la iglesia.

Me di la vuelta, y no para mirar a Ares, sino para mirar a Brisa, probablemente debía estar en llamas.

Y ahí estaba el, bajando del altar, dejando a Brisa ahí parada con su corazón quebrándose en mil pedazos.

-¡Yo te amo Farah! -sostuvo mi mano- Brisa, Farah y yo nos veíamos a escondidas, nunca salía a correr o a leer, iba a buscarla. La amo y no quiero estar contigo, la quiero a ella. Me han obligado a casarme contigo, te vendieron en un contrato. Esto es un contrato de empresas Brisa.

Ares me miraba con sus ojos profundamente oscuros, mientras se cristalizaban y en su rostro se formaba una sonrisa

-Yo... Te amo Farah y lamento ser un idiota. No vuelvas a irte.

Eso fue un final feliz que se creaba en mi cabeza al salir de ahí, los finales felices... No existen.

Nunca me siguió, nunca me confesó su amor ese día. Todo lo que hizo fue meter su anillo en el dedo de mi amiga y mirar al suelo.

No me detuvo y no fue por mi.

No se porque esperaba algo así de Killian, su propio nombre lo dice, Kill, mata.

Como pude ser tan tonta.

¿Qué te hace pensar que eres especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora