Capítulo veinticinco

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-¡Oh por dios! ¡¿Farah Galleazzi?! ¡Ni de chiste!

Un grupo de 4 chicas se paró junto a mi, todas llevaban ropa de marcas reconocidas, sus bolsos de ultimo modelo, siempre tan chic

-¡Chicas! -grité emocionada

-¡No podemos creerlo! ¡Estas aquí de nuevo! -Taylor besaba mi mejilla mientras las demás se colgaban de mi

No tardaron en actualizarme los chismes de la gente que vivía en el pueblo. Estábamos juntas de nuevo, realmente juntas. Llegando a casa todos los guardias me sonrieron y me abrazaron, al parecer todos me habían extrañado

Tanto amor

-¿Te lo digo de una vez? -Taylor se asomó para ver que nadie nos escúchase

-Dime...

-No era de el -dijo en tono bajo

-¿De qué hablas? -pregunté sin idea

-El "bebe" -Taylor hizo comillas con los dedos- No era de Ares... Nunca hubo un bebe -Taylor parecía aliviada- Chloe quería captar la atención de Ares y como no lo conseguía ella tenía que eliminar lo único que le robaba la atención a Ares, tú.

Ni de broma. Esta me la paga

Sonreí como si no me importase, realmente ni siquiera me importaba, ¿por que habría de importarme?

-¡Ah! Me alegro, nunca tuvo que quitarme de su intento de competencia, ya que yo nunca fui alguien que gustase de Ares -cerré la puerta del auto y caminé con mi amiga hacia el interior de mi casa

Julia me recibió con un enorme pastel y mi papá con mil y un prendas de ropa nueva. Me abrazaron muy felices y me llenaron de mucho amor en cuestión de segundos.

-¡Tienes que arreglarte! -papá gritó desde la cocina- que he arreglado una fiesta por tu bienvenida

¿Se nota que mi padre es un amante de las fiestas?

Todos comimos delicioso, tantas risas y tantas cosas que platicar, realmente los había extrañado. Al terminar de comer, pasamos a la sala principal en la que comencé a contar mis hazañas más recientes sobre la universidad. Cuando se hiz más noche, todos fuimos a arreglarnos por la fiesta que mi padre organizó.

Elegí un vestido que llegaba a las rodillas y unas sandalias color canela, dejé mi cabello suelto y maquillé un poco mi rostro, perfecta.

Los invitados comenzaron a llegar, caras nuevas y caras viejas entraban a casa, todos con sonrisas bien marcadas y felices de verme o... Eso pensaba.

-¿Qué haces aquí? -Miraba fijamente su rostro

-¿No puedo pasar? -sonrió

-¿Qué quieres?

-Supongo que quiero entrar, ¿no crees?

-Chloe, ni se te ocurra arruinar esto, si quieres molestarme, hoy no es un día para que lo hagas

-No vengo por ti reina, vengo a ver a mi madre -pasó junto a mi golpeando hombro con hombro

Esta tonta

-¿Quien es tu madre?

Se detuvo dando la vuelta para que quedáramos frente a frente y con la sonrisa malévola que siempre ha tenido.

-La novia de tu papá, hermanita.

¿Julia?

Sentía la sangre comenzar a calentarse junto con todo mi cuerpo, hace tiempo que no me enojaba, pero he conseguido el remedio infalible para dejar el enojo.

¡LAS ARRUGAS! ¡LAS ARRUGAS!

Caminé hacia un pequeño jardin trasero que estaba en mi casa, en el estaba mi vida entera, las cenizas de mi mamá, mi hermano y mi hermana. Me senté frente a las tumbas que estaban decoradas con ramos de flores y luces.

-Mamá, no sabes cuanto te extraño, te necesito aquí conmigo -sonreí intentando ignorar el dolor que estaba golpeando mi pecho- los necesito de regreso, las cosas marchan bien, aunque hay una bestia que arruina todo, siempre me hace desatinar y enojarme tanto. Papá luce feliz porque esté de regreso, pero realmente no quiero verle cuando me vaya, porque se que se sentirá mal -tallé mis ojos para apretarlos y que no salieran las lágrimas- Tom, no sabes la cantidad de amigas lindas que tengo, estarías muerto por Taylor, te lo aseguro, serían una increíble pareja. Y tú, Alina no tienes ni idea de la cantidad de ropa linda que he comprado, me gustaría que estuvieras aquí para que compráramos ropa juntas y pudiéramos volver a salir como antes

Me recosté sobre el pasto, mirando el cielo estrellado, hoy se veía increíble, se lució. Cerré mis ojos y respiré profundamente.

-¿No les vas a contar sobre mi?

Abrí los ojos asustada, pero me relajé un poco al ver que era la persona a quien esperaba ver, aunque le odiase mucho...

-Killian

Y era el, era aquel chico temido por todos, era el chico que tenía un corazón de piedra y una lengua de espinas al hablar, era destrucción y dolor que buscaba un poco de amor.

-El mismo -sonrió tiernamente

-¿Qué haces aquí? Este es un lugar privado -cubrí las tumbas

-La última vez que nos vimos dije algo grosero sobre ti y tu mamá -miró a la tumba- Solo vine a...

-Fue hace tiempo, ya no importa -interrumpí

-Lo siento. Es lo único que quería decirte.

Me quedé ahí sentada, sorprendida por lo que estaba escuchando.

-No sabía cuanto dolor podía ocasionar por hablar sin saber, no sabía de tus perdidas, tenías razón...

Sus ojos se cristalizaron.

Ver a Ares llorar dolía.

¿Qué te hace pensar que eres especial?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora