26. Hablemos

72 7 0
                                    

—Yo... uh...yo...

Harry cerró los ojos, apretando el celular contra su oido mientras escuchaba a Louis tartamudear. Dios, sabia que deberia haber tenido esa charla en persona, era una mierda no poder ver la expresión del ojiazul. No podia medir el humor del chico a través del jodido aparato, no tenia como saber si estaba enojado o en shock, o talvez simplemente estaba horrorizado con la noticia. Louis podia estar criando una niña, eso no queria decir que fuese indulgente y permitiese que Harry llevase a un niño, del cual no estaba seguro de que era el padre, a una relación tan nueva.

Estaba corriendo en la oscuridad y eso no le gustaba para nada.

Empujandose a una posición sentada, se paso una mano por el cabello y observó hacia la cuna portatil que habia conseguido, la cual estaba acomodada a su lado en la cama. La cosa no se veia exactamente comoda pero su niño estaba durmiendo tan placidamente que Harry supuso que no le importaba que no fuera hecha de algodones, habia conseguido la más cara que habia encontrado para mantenerlo comodo. Supuso que a Shane no le importaba el precio de la misma, solo que era lo suficientemente comoda para poder descanzar.

—¿Louis? —llamó cuando el tartamudeo en su oido enmudeció—. ¿Sigues allí?

—Él esta aquí —respondió Emma—. Solo que creo... ¿reconoces la expresión de "parece que le pegaron una patada en su joyas"?

—Si.

—Pues, tiene esa misma expresión en todo su afeminada y enduendecida carita —comentó con voz un tanto monotona que fastidio a Harry.

Sacudio la cabeza—. ¿Sabes que, Louis? Hablaremos de ello cuando vuelva, no puedo explicarte todo por telefono.

—Me escondiste un hijo, Harry, te he contado absolutamente todo de mi —la voz de Louis sonaba rota—. Prometimos no ocultarnos nada más y me sales con esto.

—Yo no...

—No, dejalo —pidio—. Ya no importa, nos vemos cuando vuelvas.

Antes de que pudiese decir nada más, la llamada fue terminada. Soltando una maldición baja, quitó el telefono y lo dejo caer en la cama. ¿Por qué siempre parecian tener las conversaciones más importantes mediante un maldito telefono? Primero lo de el compromiso de Louis y ahora esto, ellos parecian condenados a una mala comunicación al parecer. Y eso, era una mierda. Era ironica en cierto punto ya que los padres de Harry se habian divorciado por el mismo motivo.

Mirando el reloj, hizo un sonido ahogado. Aun era muy temprano, al parecer Louis habia olvidado la diferencia horaria. Sabiendo de sobra que no podria dormir, le dedico un ultima mirada a Shane para asegurarse de que estaba bien amarrado a su cuna y salió de la cama con cuidado, dirigiendose al baño para darse la ducha más rapida de su vida. No queria perder de vista al niño por mucho tiempo, no queria que estuviese asustado ni por un momento.

Jamás se habia duchado más rapido en su vida que en ese momento pero agradecio el haberse apurado ya que cuando salió del baño, amarrando una toalla en su cintura, Shane estaba despierto. El pequeño estaba luchando por salir de la cuna, su boca abierta preparado para soltar el llanto. Harry se movió a su lado con rapidez.

—Hey, buenos dias, campeón —susurró, quitando la correa que lo mantenia dentro y colocandolo contra su pecho con rapidez. Shane lo observó, pasando sus pequeñas manos por su rostro mientras hacia pucheros. Harry sonrió—. No llores, dulzura, estoy aquí.

—Pa-pá —balbuceo, un pequeño sollozo rompio sus labios nuevamente.

—Shh, estoy aquí, cariño —se balanceo suavemente a los lados, desesperado porque el llanto se detuviera. Él habia hecho los primeros años de maestria pero tambien habia tomado cursos como niñero antes, por lo que sabia que a veces lo mejor era solo dejar que los niños lloraran y se descargaran. Eso no queria decir que le gustara escuchar a su hijo llorar—. Vamos, Shane, para ya, estoy aquí.

Obsessed |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora