30. Decisiones

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Niall detuvo su camioneta frente a la lujosa casa victoriana y apago el motor. El sol brillo sobre el parabrisas mientras observaba la propiedad que se extendia frente a él. La casa no era ni la mitad de grande que la mansión de los Payne/Malik pero tenia su encanto. Mierda, él solo podia soñar con tener un lugar así, aun siendo medico y teniendo un buen trabajo como el que tenia, sabia que jamás podria comprarse un lugar así. Su bolsillo se veria desnutrido si lo hacia.

El lugar debia tener sus buenos dos pisos, con un estilo minimalista que contradecia lo basico de la arquitectura. El segundo piso sobresalia sobre el primero, creando una especie de cubierta para la puerta principal de oscura madera. Habia algunas plantas aquí y allá, el cesped tan verde que tuvo el impulso de correr hacia él, arrojarse y rodar como tonto. Pero se suponia que era algun tipo de medico respetable, así que no lo hizo. En su lugar, se deslizó fuera del vehiculo y se dirigio a la puerta.

El timbre fue un eco lejano seguido de pasos antes de que el rostro familiar que estaba buscando apareciera en el hueco de la puerta—. Hey, blondie, si viniste hasta aquí para decirme que vas a aceptar ese rapidin que te ofrecí, podrias simplemente haberme enviado un texto y habría llegado a ti.

Niall rodó los ojos—. ¿Puedes dejar de pensar en tener mi culo y enfocar tu mente en otra cosa que no sea sexo?

—Mmm —lo miró de arriba abajo, como si estuviese pensando su respuesta—. Nop, no puedo cuando te ves así de comestible.

—Bueno, sorpresa pero no sucedera nada —dio un paso atrás, ahora poco dispuesto a entrar a la cueva del lobo pelirrojo—. Necesito hablar contigo.

—¿Quieres pasar?

—¿Y darte la oportunidad de acorrarlarme allí dentro? —sacudio la cabeza—. Sigo con mis apuestas hacia el equipo contrario, Sheeran, no voy a dejarte intentar un avance.

—¿Eso que quiere decir exactamente? —parpadeo.

Niall dio varios pasos hacia atrás—. Quiere decir que hablaremos en mi auto o talvez demos una vuelta, lejos, donde tengamos publico que te impida aprovecharte de mi inocencia.

—El tipo de la porno que vi ayer tenia más inocencia que tu. —bufó mientras salia y cerraba la puerta—. Y creeme, él realmente hizo cosas muy sucias en esa cinta.

Niall rodó los ojos, evitando contestar a esa declaración mientras trepaba nuevamente hacia su camioneta, esperando que el pelirrojo subiese en el asiento del acompañante y se colocase el cinturón de seguridad. Una vez hecho, encendio el motor y alejó el vehiculo de la guarida del lobo calenturiento.

—¿Vas a decirme algo sobre lo que esta sucediendo o seguiras comportandote todo misterioso hasta que lleguemos a nuestro destino? —interrogó Ed.

Arrojandole un vistazo, Niall volvió la mirada hacia la carretera—. Queria hablar contigo sobre Louis y Harry.

—Oh —miró a través de la ventana con el ceño fruncido. Luego de unos momentos, volvió a verlo—. ¿Que rayos tenemos que hablar sobre ellos?

—Debes ayudarme a reparar su relación.

Ed parpadeo—. ¿Me viste cara de hada madrina? Por si no te enteraste, soy abogado, no psicologo de parejas. Si ellos no pueden arreglar su mierda, no voy a hacerlo por ellos.

—Eres amigo de Harry, ¿acaso no quieres verlo feliz?

—Explicame el concepto de "felicidad" que utilizas, porque hasta el momento, lo único que Louis le ha dado, son desiluciones. No me malinterpretes, al principio de toda esta cosa que se formó, creia que ellos debian estar juntos pero ahora no sé si eso es lo mejor para ambos.

Obsessed |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora