¡Pequeñas historias de amor, desamor, humor, y más, con los personajes de tus caricaturas favoritas! (xLectora ♀)
Revisa la parte titulada "Lista de Caricaturas" para saber de qué caricaturas encontrarás One-Shots y de cuáles puedes pedir.
✓ También...
⁀➷ ¡Feliz Navidad! Ambas ideas me gustaron, y parecían estar de acuerdo, así que decidí juntar las dos idas. ¡Espero les guste!
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—Muy bien~ —canturreó el oso color marrón al entrar a la sala junto con sus hermanos e invitados.
Debía asegurarse que todo saliera bien, pues un mal paso y su plan sería arruinado.
—Polar, ¿pusiste el ya sabes qué en ya sabes dónde? —preguntó el mismo dirigiéndose al oso blanco quien solo asistió con la cabeza—. Ahora que estamos todos aquí, ¡podemos comenzar con el intercambio! —Pardo hizo sonar una corneta, que en realidad desentonaba un poco con el ambiente navideño, pero era adecuado para expresar su emoción.
Los hermanos habían decidido festejar la víspera de navidad con una pequeña tertulia en su casa en el bosque, y como actividad principal un intercambio de regalos. Era algo bastante sencillo, semanas antes de la fecha de celebración, se juntaron entre todos: Pardo, Polar, Panda, la guardabosques Tabes, Chloe y (TN); en seis tiras de papel se escribieron en individual el nombre de cada uno de los participantes, después se doblaron y se echaron en un vaso vacío, luego de revolver rápidamente el contenido cada quien debía sacar un solo papelito sin mirar, el nombre que estuviera escrito ahí adentro sería a quien le regalarían algo en navidad. En algunas otras versiones de esta actividad la persona escribe tanto su nombre como lo que desea que se le regale, pero en esta ocasión decidieron dar libertad a los participantes para lucirse con sus mejores ideas.
Fue entonces que Panda emprendió una odisea durante las semanas posteriores a la elección para decidirse en qué regalarle a (TN), ya que afortunadamente le había tocado ella como regalo secreto. Una de las tantas cosas que le enamoraban de ella eran sus gustos afines, podían hacer mil actividades juntos durante todo el día y no se aburrirían. Para Panda era una señal especial de que dicha muchacha era la indicada. Lo que en verdad me llevó tiempo fue elegir qué de todas las opciones sería mejor darle, según el bicolor, dependiendo de qué le obsequiara sería lo que pensaría de él, y quería causar la mejor impresión posible, además de aumentar sus puntos como potencial interés amoroso de ella.
Después de tanto pensar, analizar y meditar sus opciones finalmente se decidió por el regalo perfecto, según él.
Sin embargo, Pardo tenía otros planes. El primer dúo en intercambiar sus regalos fueron Polar y la guardabosques Tabes, sus presentes eran algo complicados de entender por el otro, pero aún así lo apreciaban. Después fue el turno de Chloe y Pardo, el oso decidió regalarle un libro que creyó podría gustarle, o al menos para él era entretenido, era un cuento de osos. Finalmente quedaban Panda y (TN); su hermano se sonrojó al escuchar que era su turno, pero esto no le duró mucho ya que Pardo interrumpió.
—¡Panda! ¿Serías tan amable de salir de la casa un momento? —preguntó, para esto el bicolor lo miró extrañado, ya tenía su regalo en mano, listo para entregárselo a la joven.
—Ah... ¿Por qué debo-
—¡Gracias, Panda!
Pardo lo arrastro con todo y regalo a Panda, sacándolo por la fuerza de la casa. Se aseguró de cerrar con candado, pues era obvio que intentaría entrar de nuevo. Pocos segundos después, el oso de pelaje castaño volvió a la sala, era el centro de atención de todo mundo.
Sin pena ni gloria se sentó dónde ya estaba.
—¡Oh! (TN), ¿podrías abrir la puerta, por favor? —dijo Pardo al seguir escuchando los golpes de Panda en la puerta.
No estaba segura de qué idea descabellada pasaba por su mente, pero aún así accedió a la petición de Pardo, pues no iba a dejar a Panda fuera.
Una vez que abrió la puerta, Panda la miró apenada, sentía como si su hermano lo había querido hacer quedar en ridículo enfrente de la chica que le gustaba.
—¡Ohhh! ¿Qué tenemos aquí? —habló Pardo acercándose a dónde estaba el dúo—. ¿Es esto a caso un muérdago?
Las expresiones del pelicafé eran bastante exageradas y falsas, se notaba que quería actuar como sorprendido, aunque no le ponía mucho empeño.
Ese fue el plan de Pardo todo el tiempo. Estaba cansado de que Panda estuviera hablando a cada rato sobre la muchacha sin atreverse a hacer ningún movimiento. Era la definición perfecta de mucho ruido y pocas nueces.
Panda se quedó petrificado, como si él frío del invierno lo hubiera congelado. No supo reaccionar, pero la joven vino al rescate de la situación. Únicamente se rió, le parecía tierna la reacción de Panda y el esfuerzo de Pardo, acto seguido, le plantó un beso en el suave pelaje de la mejilla del bicolor. En ese instante, Panda pasó de ser blanco y negro a ponerse de un intenso color rojo.
Ahora solo debían esperar unas cuantas horas a que su cabeza volviera a la Tierra para que reaccionara de nuevo.
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