˗ˏˋ Marshall Lee ෆ HA ˎˊ˗

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—¿Qué haces aquí tan temprano? —habló aflojerada la joven muchacha mientras tallaba sus ojos somnolientos— No, más bien, ¿por qué siquiera estás tú aquí?

—¿A caso no puedo venir a ver a una vieja amiga? —contestó el vampiro a la vez que movía a la chica a un lado y entraba por la puerta de la casa, no esperando a que ella misma le diera el paso.

—No lo sé, ¿lo somos?

           El tono de leve molestia era evidente en su voz. Era domingo, a pocos minutos de que el sol saliera por el horizonte, detestaba que la despertaran temprano en fin de semana, además de que Marshall tampoco era su persona favorita. Se conocían, hablaban, y de vez en cuando salían aunque únicamente cuando a la chica le era necesario interactuar con él, pero nunca sintió que se formara un lazo de amistad, en especial porque el ser nocturno se dedicaba a molestarla, incluso él mismo admitía sin vergüenza que hacerla enojar era uno de sus pasa tiempos.

—¿No? ¿Entonces que somos? —merodeo por la ya para él conocida residencia sin molestarse en hacer contacto visual con ella mientras le hablaba.

           Despreocupado, agarró uno de los pastelitos rojos que estaban guardados en una caja con sumo cuidado para evitar que se arruinara la crema batida. (TN) solo veía a Marshall con una ceja levantada y los brazos cruzados, cuidando que no fuera a hacer algún movimiento extraño.

—¿Quieres ser más que amigos? —encajó sus dientes en el pastelito para succionar el color carmesí dejándolo así de un tono gris aburrido y poco apetitoso—. Por cierto —volteó a verla—, te ves adorable en esas pijamas.

           La chica solo puso sus ojos en blanco. En un principio, cuando recién lo había conocido, sus coqueteos espontáneos la solían hacer sonrojar expresión que se veía acompañada de un pequeño y nada doloroso golpe en el brazo el vampiro; sin embargo, con el paso del tiempo y debido a que sentía que solo deseaba jugar con sus sentimientos, logró controlar esas reacciones poniendo en cambio un semblante controlado, según fuera la reacción que ella deseaba tener. Marshall ya no era el dueño de esos chistosos sonrojos, cosa que no le agradó realmente, pensaba en subir un poco de tono hasta encontrar el punto en el que ella ya no pudiera mantenerse serena, pero tampoco era su plan el incomodarla de verdad en ese aspecto.

—Ugh, eres despreciable. Y repito, ¿qué haces aquí?

—¿De verdad no te gusto nada? —flotó hacia la chica—. Porque tú a mí sí, eres agradable, divertida, sexy, y definitivamente mucho mejor que la simplona de Fiona.

—No permitiré que hables así de mi mejor amiga —le amenazó con evidente enojo en su rostro; él solo sonrió, sabía que había dado en el clavo.

—Relájate, era una broma. Solo lo dije para hacerte enojar, te ves adorable así —hizo un movimiento de abanico con la mano queriendo contrarrestarle importancia a lo que dijo previamente—. ¿Por qué no mejor salimos esta noche?

—¿Te puedo preguntar algo primero?

—Te prometo que la repuesta siempre será un sí, a no ser que esperes un no —le mostró una pequeña sonrisa coqueta.

—Uh... ¿Por qué te empeñas tanto en hacerme enojar? ¿No nos podemos simplemente llevar bien y ya? Es más, ¿¡por qué no mejor me dejas en paz de una vez por todas!?

—¿Estás segura de que quieres que desaparezca de tu vida?

           Marshall se acercó peligrosamente más a la chica. Ella solo atinó a retroceder y, lo que tanto quería ver el vampiro de nuevo, sonrojarse.

—¡Ahí está! —exclamó victorioso— Solo quería hacerte sonrojar de nuevo —comenzó a reír—. ¡Y lo logré!

—¡U-Ugh! ¡Te odio! ¡Jamás saldría con un patán como tú!

—¡U-Ugh! ¡Te odio! ¡Jamás saldría con un patán como tú!

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"Jamás saldría con un patán como tú". "(...) un patán como tú". "(...) como tú".

—¡M-Marshall!

—¿Sí~?

          La muchacha le dio un leve golpe en el hombro el cual él aceptó sin problemas. De alguna manera, el azabache había grabado esa conversación que había tomado lugar meses atrás. No había razón de peso para enseñarle el audio esa escena ahora, pero era parte de su repertorio de cosas que hacer para molestar un poco a su ahora novia, en especial el darle énfasis a esa última frase que había dicho, sabía que eso le llegaría. El tono de sus bromas había bajado, era más relajado y no hacía nada que con lo que fuera a ganar su odio, pero sus coqueteos románticos y juguetones aumentaron, aunque esta vez ya eran recibidos abiertamente por la chica.

—Te detesto... —dijo tomando un sorbo de su malteada favorita a la vez que volteaba el rostro tratando de ocultar su vergüenza; no se imaginó que debería tragarse sus palabras en un futuro tan cercano, porque, al decir verdad, Marshall le gustaba desde antes pero nunca había querido aceptar tales sentimientos porque a la vez lo aborrecía.

—Claro que no —le dedicó una sonrisa para provocarla juguetonamente, apoyando su mentón en su mano.

           Hubo un momento de silencio.

—Está bien, no. Pero tampoco diré la palabra con "A" por dos días, ese será tu castigo por lo de ahorita.

—Que malvada eres —el de tez grisácea llevó sus manos a su pecho fingiendo estar herido. (TN) solo hizo bolita su servilleta y se la aventó al rostro.


Y recuerden, solo coqueteen cuando sepan que serán bienvenidas y que la persona esté cómoda con ello, de lo contrario se puede convertir en hostigamiento y hacerlo una mala experiencia para todos

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Y recuerden, solo coqueteen cuando sepan que serán bienvenidas y que la persona esté cómoda con ello, de lo contrario se puede convertir en hostigamiento y hacerlo una mala experiencia para todos. uwu

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Publicación: sep. 12, 2020

DREAM POP ──Cartoons One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora