CAPÍTULO 4 🌹

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El mareo iba desapareciendo poco a poco pero aún me sentía extraña

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El mareo iba desapareciendo poco a poco pero aún me sentía extraña.

Sea lo que fuera que Mackenzie me haya dado era demasiado fuerte, no sé cómo ella aguanto esa bebida, a menos que me haya servido todo lo que tenía en la botella y ella  haya fingido que tomaba algo.

Estúpida bruja.

—¿Ya te sientes mejor?

—Un poco, gracias.

—Sera mejor que regreses a casa.

—Prefiero quedarme, me esperan adentro.

—Siempre puedes decirle a esa persona que te sientes mal, estoy seguro de que entendería. —negué con la cabeza, no podía hacerle eso a mi amiga. —Como quieras, pero no te acerques a la pista de baile de nuevo. —había un tono mandón en su voz.

—Créeme, que no estoy interesada en pasar por ahí de nuevo.

Y lo decía en serio, por muy brillante y tentador que fuera no me interesaba acercarme a la pista de baile de nuevo.

Llevaba aproximadamente 20 minutos o un poco más afuera de la discoteca, tuve que escribirle a Tancy y decirle que necesitaba aire fresco y que no se preocupara.

Solamente recibí un ok de su parte y que le llamara si quería irme. Me preguntaba si aún estaba con la bruja, ya que el nuevo vecino le ordeno irse del lugar. Tenía curiosidad de saber cómo se conocían, pero no tenía que ser tan metida en la vida de los demás.

Pero si tenía una pregunta y no creía que fuera mala.

—¿P-puedo hacerte una pregunta? —el asintió—Sé que estaba bajo el efecto del alcohol, o lo que sea que haya bebido, pero ¿Qué eran esas cosas que volaban alrededor de la gente?

—¿Los viste?

—Imposible no hacerlo. No pude verlos con claridad, pero me atrevería a decir que eran fantasmas, o algo así.

—¿Viste sus rostros?

—No muy bien para ser honesta, ¿Por qué?

No contesto, tuve que observar bien si tenía alguna expresión en su hermoso rostro que me diera una pista de lo que estaba pensado, pero no vi nada. De lo que si me di cuenta fue que empezaba a ignorarme y cuando me dio la espalda ya no era una sospecha, al parecer el interés o la preocupación desaparecieron en un instante.

Y de alguna manera eso me molesto y me hizo sentir mal. Así que decidí regresar a la discoteca y ni me moleste en avisarle que me iba, y para que, si ya había cumplido con sacarme a salvo de ahí.

Desafortunadamente no pude irme con la cabeza en alto. Mi pie resbalo en la banqueta y aun no estaba al 100% tanto en equilibrio como reflejos así que solo me prepare para tratar de poner las manos y no golpear mi rostro contra el asfalto.

Los Hijos Del Demonio El AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora