CAPÍTULO 3 🌹

3.3K 287 6
                                    

Luego de la inesperada reunión con mi madre, mi humor pasó de nerviosa a enfadada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Luego de la inesperada reunión con mi madre, mi humor pasó de nerviosa a enfadada. Y es que cada vez que la veía era porque necesitaba dinero, o para insultarme o pedir más dinero, no recordaba ni una sola vez que se acercara a mí porque realmente quería saber cómo estaba o porque quería pasar tiempo con su hija.

Realmente no podía verla, antes sentía respeto por ella por el simple hecho de ser mi madre, y aunque no me gustara estar cerca de ella por todo el daño que me provoca, aun buscaba su amor.

Pero ahora....

Un sentimiento mas oscuro esta creciendo dentro de mi, y no se cuanto tiempo pueda soportar sus malditos castigos.

El sonido de la bocina me hizo reaccionar y es que el semáforo ya estaba en verde y yo no avanzaba, aceleré y me fui directo a mi destino.

Me había retrasado una hora si no es que más, no era que fuera medianoche o algo por el estilo, pero había quedado con Tancy en encontrarnos en la discoteca a las nueve de la noche.

Y como si me leyera la mente, justo en ese momento me llamaba la persona que seguramente me quería matar ahora mismo, así que contesté, no quería distraerme más así que coloque el telefono en alta voz para contestarle.

—¿No estás pensando en dejarme plantada, cierto? si no querías venir me hubieras avisado para cancelar a la niñera. ¿Pero dejarme plantada? no me esperaba eso de ti, Emersyn.

—Estaré ahí en diez o cinco minutos.

—Se puede saber que te tomo tanto tiempo, en lo general no eres impuntual.

Suspire antes de contestarle.

—Vi a mi madre.

Luego de eso, hubo un incómodo silencio. La única que sabía qué clase de relación llevaba con mi madre, era Tancy, aún no estaba lista para involucrar a Aideen con ese asunto, así que era mi mejor amiga la única en la que confiaba y la única que me respaldaba.

—Oye si quieres mejor vamos a comer algo o tal vez podemos ir a ver una película.

Ella sabía mejor que nadie que luego de hablar con mi madre me gustaba estar sola o simplemente perderme en otro lugar para no pensar en nada. Pero estaba vez no tenía ganas de echarme a llorar en mi habitación, o ver detrás de una ventana como la gente normal vivía sus vidas mientras mi helado se derretía pensando en si mi vida hubiera sido distinta si hubiera tenido padres amorosos o interesados en mi.

Pero no esta vez, quería que mis pensamientos quedaran guardados mientras escuchaba música a todo volumen.

—Está bien, no te preocupes, además ya estoy aquí, únicamente me estaciono y me encuentro contigo.

—Si ya estas decidido, entonces te espero.

—Ok.

Tuve suerte de encontrar un lugar para estacionarme. Los lugares más cercanos a la discoteca estaban llenos. Así que me mandaron a la vuelta de la esquina, donde habían alquilado, según yo, un pequeño terreno para estacionarse.

Los Hijos Del Demonio El AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora