CAPITULO 10 🌹

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Luego de la pesadilla que tuve en la clase de historia, mi cuerpo empezó a protestar

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Luego de la pesadilla que tuve en la clase de historia, mi cuerpo empezó a protestar. Era como si mi piel quisiera desprenderse de mi cuerpo, y mi corazón latía cada vez más rápido de lo normal, la temperatura aumento y los dolores de cabeza no podían faltar.

Así que tanto Tancy como el profesor Caín me convencieron de ir a la enfermería, y a decir verdad lo necesitaba. No solo era el hecho que me sentía como la mierda, en mi camino aquí volví a ver siluetas corriendo por toda la escuela, cuando se lo comente a mi amiga, esta me catalogo de loca o estar alucinando por la fiebre.

Ver cosas que no existían era de preocuparse.

Al llegar a la enfermería Sarah me atendió con amabilidad, como siempre.

Ella era una persona demasiado dulce, tanto que podía provocarte diabetes, tenía el cabello corto y rubio, y de hermosos ojos avellanados, de un rostro precioso y de facciones delicadas, como una pequeña hada.

Me examinó y decidió que lo mejor para mí ahora mismo era descansar y tomar unos antibióticos. No me quejé y acepté sus consejos, después de todo ella era la experta, y yo no me sentía de ánimos de discutir tampoco.

Así que me dio unas pastillas para reducir la fiebre y el dolor de cabeza, pero el pequeño combo de pastillas solo me provoco mucho sueño, y mi cuerpo empezó a sentirse liviano y gritaba que lo dejara descansar, y eso hice.

Cerré mis ojos y me sumergí en un sueño profundo.

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En lo más profundo dentro del bosque de los lamentos.


La noche se acercó rápidamente, así como las amenazas que acechan en la oscuridad.

Wayward Pines siempre fue una ciudad maldita, y el lugar favorito para los demonios.

Un lugar que fue condenado hace siglos para albergar y encerrar a las criaturas más peligrosas del inframundo.

Pobres humanos, no tienen ni idea que todo este tiempo estuvieron coexistiendo con monstruos.

—A tu izquierda.

Me detuve al escuchar su voz, esperando a nuestro indeseable invitado.

El silencio fue reemplazado por el sonido de unos pasos acercándose a mi dirección, y el grito que soltó asusto a las aves que descansaban en lo alto de los árboles, lo cual me puso en alerta, agudicé mi visión y lo vi acercarse a toda velocidad.

Siempre me daba asco verlos

Un demonio carroñero.

Estos tenían largas extremidades y un cuerpo flexible, caminaban en cuatro patas, y su cabeza daba vueltas mientras nos buscaba para alimentarse. Cuando levanto la cabeza, este abrió y cerro la boca, como si fuera una trituradora, listo para dar su primer mordisco.

Los Hijos Del Demonio El AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora