EXTRA 2-Parte 1: Un día normal en la vida de un suicida (sin sorpresas ni nada)

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Buenooo volvió la desaparecida gente 😎

No, no estoy muerta. Lo que sí debo estar es funada por todos vosotros pq os he abandonado durante medio siglo de lo tan subnormal que soy jaja *+ emojis*

Bueno, regresamos con la parte uno de un extra larguísimo que servirá para celebrar los 300 y 400 votos, que ya los tenemos chavalees añlskdjf

Infinitas gracias a todos vosotros, aunque seguramente ya nadie este interesado en esta historia muertísima, but

Me apetece hacer que sea Reiner quien narre esto, así que ahí os va.

Vale, este extra tendrá lugar en una realidad muy parecida a la nuestra, solo que en esa realidad yo sé cómo coño funciona la policía dñalfkj Y, para que os lo imaginéis mejor, aquí Artemis (prota) tiene 23 años y Reiner 26

No va a ser tan como el otro extra, sino que va a ser más romanticón y va a tratar temas muy distintos, y aunque es un poco más serio me apetecía escribirlo (en su día, porque se me acabó haciendo una bola enorme que no fui capaz de terminar de escribir hasta hoy de lo largo que me ha salido), así que lo he hecho así. Espero que os guste :')

* * *

Reiner

Algo que debía pesar casi cuarenta kilos se subió a la cama de matrimonio de un salto y empezó a moverse por encima de las dos personas que, hasta ese momento, dormían ahí tranquilamente.

A mí no me molestaba demasiado, pero sé que un perro del tamaño y peso de Dyon puede llegar a hacerle daño sin querer a alguien relativamente pequeño como ella, así que me incorporé a pesar de las ganas que tenía de seguir durmiendo para hacerlo bajar de la cama.

Lo primero que me encontré en cuanto abrí los ojos fue la peluda cola de nuestro labrador retriever precipitarse hacia mi cara. No pude evitar que me diese un coletazo, y otro y otro, mientras, contento, lamía a su dueña recién despertada.

– Dyon, Dyon; sal de aquí, gordo –dije, molesto, mientras empleaba mi fuerza para apartarlo.

Lo atraje hacia mí y dejé que se tumbase entre los dos mientras Artemis terminaba de aclararse, frotándose los ojos con ambas manos y estirándose.

Puede negármelo las veces que quiera, pero yo voy a seguir pensando que está hermosa cuando se despierta, tan despeinada y con esas pintas despreocupadas. Con nuestro trabajo, es difícil verla así durante nuestro día a día.

– Todavía no ha sonado la alarma, ¿a qué no? –adivinó, y no me hizo falta mirar el reloj para saber que faltaba media hora para las siete de la mañana. Dyon siempre nos despierta a esa hora cuando no cerramos bien la puerta de nuestra habitación antes de ir a dormir.

Negué con la cabeza y sonreí, acariciando a Dyon mientras ella se incorporaba.

Des de que lo adoptamos hace tan solo un año, Art no me ha dejado de decir que ese gran macho de labrador retiever color arena se parece mucho a mí.

Fruncí el ceño y miré a nuestro "hijo", intentando encontrar similitudes entre el canino y yo. La única diferencia que encontraba entre él y cualquier otro labrador de ese color eran sus claros ojos marrones, aunque no se parecían a los míos. O eso creía yo, vamos.

Dándole un par de golpes suaves a Dyon e incitándolo a bajar de la cama con una orden simple, nuestro perro policía se fue de la habitación trotando alegremente.

– ¿Qué quieres desayunar? –le pregunté a Art, bajando de la cama.

– Tenemos media hora de margen, ¿no?

La guerrera de la banda gris [Reiner Braun x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora