El día había sido tranquilo y solo habíamos hecho papeleo. Estaba harta de estar en el escritorio, definitivamente esto no era para mí, estar un día entero frente a un escritorio. Menos más que no estudie económicas porque si no ya me habria pegado un tiro.
Me levante y fui a la cocina para prepararme una infusión, había acabado con mi te y no quería tomar café.
-¿Te encuentras mal? - pregunto Jay y yo lo mire.
-No ¿por qué? - dije.
-Estás algo pálida y estás tomando infusión y las de aquí saben horribles, así que - dijo y yo reí.
-No sólo es que estoy harta de estar en el escritorio todo el día, te prometo que como alguien vaya a ver a un informante yo voy - dije y el rió.
-Te acabas acostumbrando - me dijo y yo asentí saliendo de la cocina seguida por el.
Los dos volvimos al escritorio y suspiré acabando mi ultima carpeta, la verdad es que fichar informantes es agotador.
-Debeis ir a casa ya - dijo Hank y todos asentimos. - Descansar puede que mañana no sea tan tranquilo como hoy - dijo apoyado desde la puerta de su oficina.
-¿Cerveza? - pregunto Hailey.
-Por favor - dije con una sonrisa poniendo mi abrigo.
Todos rieron ante eso y yo me sonroje un poco. Cada uno fue a su casa antes de ir al bar para cambiarse de ropa.
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Vi que Jay puso un mensaje que el ya estaba en el bar y monte en mi coche para ir al bar. Al llegar vi a Jay junto a Will y este vino a abrazarme.
-Hacia tiempo que no te veía - dijo abrazándome.
-Ya, ahora trabajo con tu hermano - le dije.
-¿De qué os conocéis? - pregunto Jay.
-A Kendall la dispararon y yo fui quien la atendió en el hospital - le dijo su hermano.
-Mi pelirrojo favorito - dije y los tres reímos.
Pedí una cerveza y el resto del equipo comenzó a llegar, el ultimo en llegar fue Hank. Me acerque a el y pedí otra cerveza para mi y el pidió un whisky.
-Estas preciosa - dijo y note como mi cara cogía temperatura. - Podemos repetir si quieres - dijo y yo sonrei.
-Seguro que lo disfrutamos sargento Voight - dije y fui para la mesa seguida de el.
Hablaba con Hailey de varias cosas, reí al ver la cara que puso Adam al beber un chupito de crema de tequila.
-Te voy a traer uno y veras lo fuerte que está - dijo Adam.
Volvió con un chupito para mí y yo reí. - Si sabes que gracias a estar encubierto coges una gran tolerancia al alcohol ¿cierto? - le pregunté.
