Capítulo 11

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Dos semanas después

Llegue al trabajo y salude a Platt con una pequeña sonrisa para después subir las escaleras e ir arriba.
Cuando llegue no había nadie así que fui a la cocina y me hice un poco de café.

-No fuiste a Molly's - escuche a Kim y yo asentí.

-No tenía muchas ganas, estaba cansada - dije y ella sonrió un poco.

Ayer se había muerto mi caballo, tengo seis pero con Hercules llevaba desde los cuatro años y me dolía en el alma.

Salí de la cocina y encendi mi ordenador, y mientras se encendía cogí una carpeta para rellenar un informe de un caso antiguo.

-¿Entras a mi oficina? - pregunto Hank llegando y yo asentí.

Detrás de él subían las escaleras todos los chicos y rápidamente supe de que quería hablar conmigo.

-¿Que querías? - pregunte y el me miro.

-Anoche te llamamos todos, todo la unidad te llamo, y no contestaste ni una puta llamada - dijo enfadado y baje mi cabeza. - Me da igual si no quieres ir al Molly's, pero por lo menos dignate a coger el maldito teléfono - dijo y mis ojos estaban llenos de lágrimas. - ¿No dirás nada? - pregunto molesto.

-Ayer por la tarde se murió Hercules, por eso no quería saber nada de nadie, no le he cogido el teléfono ni a mi familia - dije y su mirada se suavizo agachandose frente a mi.

Desde siempre cuando lloraba tenía un tick nervioso en la pierna que me hacía no parar de moverla.

-Pequeña - dijo mirándome con pena y yo negué abrazandolo. - Vete a casa si quieres - dijo y yo negué escondiendo mi cabeza en su cuello. - Si tenemos algún caso saldras conmigo de pareja - dijo y yo asentí.

De qué me tranquilice un poco me separe de él y limpie mis lágrimas, el me beso y sonreí sobre sus labios acariciando su mentón.

-Gracias - dije y el negó.

-No me las des - dijo el.

-¿Tengo pinta de haber llorado? - le pregunté y el negó. - Bien saldré a seguir con el papeleo - dije y el asintió.

Salí de su oficina dejando la puerta abierta y seguí con el papeleo.

-No sabes lo que te quiero - dijo Hailey llegando abrazando mis hombros.

-¿Por qué? - pregunte con una sonrisa.

-Por Brandon, es genial - dijo y yo reí.

-Te lo dije - dije con una sonrisa jugando con mi boli.

-Y tenías razón en lo de que sabe moverse - dijo y yo reí - Gracias por cederme el cromo, aunque al principio parecía que no te había superado - dijo y yo negué.

-Con cromos repetidos no se termina una colección - dije y ella soltó una carcajada sentándose en el escritorio.

Seguí haciendo mi informe y cuando lo termine lo puse a la izquierda, era algo sencillo, izquierda los que están hechos, derecha los que no.

Mi madre me llamó y decidí cogerselo, después de diez minutos hablando con ella colgué y me di la vuelta para volver a mi escritorio.

Vi a Adam y pegue un pequeño salto en el sitio haciéndolo reír.

-¿Estas bien? Hank nos contó - me dijo y yo asentí con una pequeña sonrisa.

-Si, si, lo peor fue anoche, por eso no os cogí el teléfono - dije y el asintió.

Nos abrazamos rápidamente y bese sus labios haciéndole sonreír. Nos separamos y yo fui al baño mientras que el volvía a los escritorios. Lave mis manos y cogí un papel para secarme las manos.

Salí del baño y fui a mi escritorio a seguir con mis cosas.

-Kendall, tienes visita abajo - dijo Platt y yo la mire extrañada.

Deje lo que estaba haciendo y baje las escaleras detrás de ella, vi a un hombre pelirrojo y frunci el ceño.

-¿Es usted la inspectora Weber? - me pregunto con los ojos llenos de lágrimas y asentí - Mi hija ha desaparecido, y en su habitación tenía su tarjeta - dijo enseñándome mi tarjeta y una foto de la chica. La recordaba la conocí en una misión de la Dea y la ayude a salir de esos mundos. - Usted hizo mucho por ella, me ayudaría mucho si la busca - me dijo.

-Verá, yo no elijo que casos tomar, eso lo hace mi superior, y solemos encargarnos de los asesinatos en vez de los secuestros - dije y vi como Trudy miraba todo atenta desde el mostrador.

-Me va a ayudar, por las buenas o por las malas - dijo sacando un arma de su bolso y poniéndomela en la cabeza mientas me abrazaba por los hombros.

-Baje el arma - dijo Trudy apuntandole y el negó.

Me quito mi arma y me puso mis esposas bastante apretadas.

-No la soltare hasta que no tenga a mi hija - dijo y se encerró conmigo en la oficina.

Hank

Trudy subió las escaleras rápidamente y entró en mi oficina.

-Han cogido como rehén a Kendall - dijo y me levante de mi silla.

Baje las escaleras rápidamente y la vi sentada en el suelo con las esposas mientras un hombre la apuntaba.

-Saca a toda la gente que puedas de aquí, que solo queden las patrullas y mi unidad - dije y ella asintió. - Inteligencia os necesito aquí - grite por la escalera.

En menos de dos minutos ya estaba todo el equipo aquí abajo intentado hablar con el hombre que había cogido a Kendall como rehén.

Vi como Kendall intentaba hablar con el pero sin mucho éxito, agarro a Kendall por el pelo haciendome apretar los puños y la levantó para ponerla frente a él.

-Quiero que busquéis a mi hija, o ella muere - dijo nervioso.

-La buscaremos, pero ella es una de nuestras mejores inspectoras y si la dejas libre la encontraremos más rápido - dije.

-No, no la dejaré - dijo el apretando más el cañón contra la cabeza de Kendall. - Si la dejo libre no buscareis a mi hija - dijo.

-Ey, estoy bien, buscarla - dijo Kendall.

Volvieron a entrar en la oficina y subimos a Inteligencia para ver si teníamos algo.

Kendall

Llevaba dos horas con este tío aquí encerrada. Hank tocó la puerta y levante mi mirada de mis zapatos.

-Tenemos a su hija, la está trayendo una patrulla - dijo. - Ahora quiero que la sueltes - dijo.

-No, no hasta que no la vea - dijo el y yo suspire apoyando mi cabeza en la pared.

-Kendall ¿aguantas diez minutos? - le escuche preguntar a Hank.

-Si, no te preocupes - dije moviendo mis muñecas con las esposas.

Amber, la hija del que me tenía como rehén apareció y el hombre fue a abrir la puerta para abrazarla. Hank entró en la oficina y me quito las esposas. Lo abrace y el suspiro.

-Ya está - dijo y yo asentí.

Me separe de él y masajee mis muñecas aliviando el dolor. Abrace a todos.

Poliamor en Inteligencia - Chicago PD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora