Noche de Abril

Capítulo seis

No somos ángeles.- comenzó a explicar Iahiel.- Al menos no en el sentido de seres alados buenos, que se comunican con Dios y todas esas cosas. No somos eso, de hecho, en el idioma antiguo el término correcto es 'Akhariem'. Proviene del prefijo 'alado'-'Akha' unido al lexema de 'hombre'- 'Riem'.

-Uououo, frena.- Interrumpió Abril- ¿Cómo que idioma antiguo? Ya se me da lo suficiente mal los idiomas como para tener que aprender ahora el puto swagili.

Iahiel sonrió. - No es un idioma que utilicemos, sería como el latín, un idioma muerto.- Hizo una pausa para beber mientras veía como Abril se relajaba. -En cualquier caso, ese es el término que nosotros usamos. En cuanto a las alas, ¿sabes lo que le pasa a los licántropos?-Trató de explicar.

Ella bufó. -¿También existen los hombres lobo? ¿Lo siguiente será que se me llene el cuerpo de pelo y me de por oler culos de desconocidos?

-¿Y si dejas que hable yo y te lo vaya explicando todo?- Le calló él. Y sin esperar la respuesta de Abril, continuó.- No eres una licántropo, de hecho no existen, tú eres una Akhariem, lo que significa que no siempre vas a estar con las alas por ahí, como ya has visto, si no que puedes controlar cuando 'transformarte' y cuando no. Lo único que tienes que aprender a hacerlo. Y el primer paso seria controlar ese genio.- Iahiel la miro a los ojos, y por una vez ella se quedó callada. -Aún así, no sólo tendrás que aprender a controlarlas, también te enseñaremos a volar.- Prosiguió él.

-Espera un momento,- volvió a interrumpir Abril- ¿enseñaremos? Entonces... ¿hay más?

-Claro que sí, hay miles.-Iahiel sonrió. -No tienes ni idea de quien eres en realidad, ¿verdad pajarito?

-Soy Abril, podrías usar mi nombre de una puta vez.- Contestó ella. De golpe cayó en la cuenta de que era la primera vez que le decía su nombre.

Igualmente el la ignoró y siguió hablando.
-Tu madre también era una Akhariem, tu padre lo sabía, pero cuando ella murió decidió que no quería tener nada más que ver con nuestro mundo y decidió alejarte de nosotros. Supongo que nunca te ha contado la verdad.- dijo mientras la miraba compasivo.

No, no lo ha hecho.-Pensó Abril.- Pero supongo que ahora estará muerto en un charco de su propio vómito, así que quizás es demasiado tarde para pedirle explicaciones.

-Hay una cosa que no entiendo,- dijo ahora en voz alta- ¿por qué mi padre decidió alejarse? La muerte de mi madre no tenía nada que ver con vosotros.

-Tu madre murió en la guerra, pajarito.

Y esta vez Abril se quedó demasiado sorprendida como para quejarse de que no la llamara por su nombre.