No me lo explico.No se cuanto rato llevo sentada delante del espejo, observando las monstruosas protuberancias que brotan de mi espalda, desgarrando la que hasta el momento era una camiseta de mi grupo favorito. Empiezo a hacer una lista de posibilidades que de alguna manera u otra expliquen esta locura.
La primera que se me ocurre es que fui concebida en medio de una orgía con gaviotas. Poco probable.
Lo segundo en lo que pienso es más posible, y es que de alguna manera me he tomado un tripi de la hostia. Pero tampoco le veo sentido, esto no se parece en nada a las otras veces que estaba hasta el culo. Nunca se había sentido tan real y, aparte de las enormes alas, todo parece normal. No hay bichos subiendome por el cuerpo, ni me creo que soy una alpaca o algo así.
Además, apenas recuerdo cuando fue la última vez que compré alguna de esas mierdas.
Por un momento consideró la posibilidad de que el tío de anoche me haya drogado. Pero dudo que alguien regale LSD por la cara y, en cualquier caso, no había sentido nada raro hasta ahora, varias horas después.Pero entonces ¿que posibilidades quedan? ¿Acaso he aplastado una paloma con la moto y esta es la manera que tiene el karma de vengarse, convirtiéndome en mitad humana mitad rata voladora?
Una vocecita interior sugiere la posibilidad de que sea un ángel, pero eso es lo menos probable de todo. Tampoco es que haya matado o robado alguna vez a alguien, pero no es que sea precisamente la jodida Santa Teresa.
Desde que tengo conciencia me he estado metiendo en problemas, por no mencionar el resto de cosas que me he metido en el cuerpo a lo largo de los años...
Si fuera un ángel digo yo que lo sabría, se supone que las alas te vienen con el número de teléfono de Dios y esas cosas, ¿no? Y sin embargo yo estoy aquí horrorizada sin entender nada de lo que está pasando.Pero de golpe hay algo que me preocupa más que el origen de las alas, y es que ¿cómo se supone que voy a hacer vida normal con esto en la espalda?
No se como me voy a poner ni una simple camiseta con esto detrás, y no me atrae la idea de andar en tetas por la calle. Y no sólo por el resfriado que acabaría pillando, si no porque si alguien ve esto posiblemente acabaré en la bandeja de disecciones de algún científico intrigado por el misterio que suponen estas dos putas alas.Cálmate, Abril.
Respiro hondo una vez. Y luego otras diez para acabar de relajarme. Cierro los ojos y trato de concentrarme sólo en respirar profundamente, y olvidarme de la sangre y las alas para no entrar en pánico. Mentalmente visualizo el aire entrando y saliendo lentamente de mis pulmones, mientras cuento seis tiempos entre inspiración y exhalación.
Al cabo de un rato, con la mente en blanco y al fin tranquila abro los ojos, y miro mi reflejo de nuevo en el espejo.Las alas han desaparecido.
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Noche de Abril
ParanormalAbril es una chica normal, solitaria y algo borde. Vive totalmente independiente desde hace más de 4 años, ya que desde los 18 no ha tenido ninguna clase de contacto con su familia. Sin embargo, un día cualquiera un dolor de espalda que le atormenta...