Llevaban un rato en silencio. Iahiel entendió que toda esta nueva información estaba siendo un shock para Abril y decidió darle unos minutos para ir asimilando todo. Ella miraba al infinito atravesandole con la mirada, como si no existiera. Estaba totalmente en su mundo, pensando en los hechos de las últimas 24 horas. Al cabo de un rato, viendo que Abril seguía sin reaccionar, Iahiel se levantó de la mesa.
-No.- Abril le miró fijamente, intuyendo que estaba apunto de marcharse.- No te vayas. Quiero que me expliques todo, sólo así voy a ser capaz de entender y asimilarlo. Aún tengo muchas preguntas.
-Realmente iba sólo a pedir una botella de agua, pero está bien.- Accedió Iahiel.- ¿Por dónde quieres que empecemos?
-Esa guerra de la que hablas... ¿Es contra demonios o algo así?
-No. -Negó él.- Como ya te he explicado no existe nada más a parte de los akhariem; no hay ni ángeles, ni demonios, ni vampiros, ni sirenas, ni brujas, ni hadas madrinas, no existe nada de eso.
-Ósea que los hermanos Grimm mentían, ¿eh?- Interrumpió Abril bromeando sin mucho éxito. Iahiel sonrió levemente y siguió hablando como si nada.
-La guerra no es contra nada de eso, se trata más bien de una especie de guerra civil, akhariem unos contra los otros.- Explicó apenado.
-Espera, ¿cómo que es? ¿Cuantos años lleva durando?- Si la madre de Abril había muerto cuando ésta apenas había nacido, significaba que esa guerra estaba durando más de dos décadas.
-Veintisiete años.- Respondió él.- No es una lucha constante, pero siguen habiendo atentados y ataques, es imposible estar tranquilo del todo.- A partir de ahí Iahiel empezó a contar la historia de la guerra que durante años, les había estado atormentando.
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'Todo empezó con un debate. Existe una especie de gobierno o consejo akhariem, nos reunimos cada cinco años o cuando surge algún problema grave que necesite ser discutido urgentemente; el resto del tiempo cada uno va a la suya. Bien, pues hace años se empezó a discutir el tema de mantenernos ocultos.
Como verás, los humanos no tienen ni idea de nuestra existencia, y eso es principalmente por el miedo. A lo largo de los siglos, las pocas veces que nuestra especie se ha mostrado a los humanos no ha acabado bien; o bien trataban de matarnos o bien pensaban que eramos dioses hasta tal punto que algunos lo creyeron y se volvieron peligrosos incluso para si mismos. En vista de esto decidimos mantenernos ocultos.
Quizás sea difícil de entender al principio, pero piensalo bien por un segundo; si los humanos han llegado a tratar de matarse entre ellos por diferencias de sexo, color, lugar de procedencia o religión, ¿cómo crees que reaccionarían ante misteriosos seres alados? Al final, con el tiempo aprendimos a ocultarnos, a disimular lo que somos.
Sin embargo hubo un grupo de radicales que no estaban de acuerdo. Defendían que eramos superiores a los humanos y que debíamos actuar como tal. Al principio eran una minoría pero poco a poco se unieron más y más akhariem, cansados de vivir a la sombra de la especie humana.
Y no los culpo. Es horrible tener que ocultar lo que somos por miedo al exterminio, pero ¿qué alternativas tenemos? Los revolucionarios sugirieron luchar contra los humanos si hacía falta, dijeron que con nuestros poderes seríamos capaces de vencerlos. Pero no hay que olvidar que hablamos de la especie que inventó la bomba atómica, y aunque por naturaleza seamos más fuerte, el número de humanos y sus recursos conseguirían aplastar a todo akhariem en cuestión de unos pocos días.
Esto ha sido desde entonces una diferencia irreconciliable, y nuestra especie se ha acabado dividiendo en dos bandos en lucha, que dura hasta estos días.'
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Abril no había interrumpido la explicación de Iahiel, algo que le había costado gran trabajo, pero aún seguía teniendo dudas.
-¿Qué papel tenía mi madre en todo esto?- preguntó al fin.
-Tu madre fue una de las primeras en defender a los humanos y buscar una coexistencia con ellos. Pensaba que si ella podía haber superado las diferencias entre especies con tu padre, quizás no era una idea tan absurda el mostrarnos a los humanos, no para esclavizarlos, si no para vivir en armonía. - Contestó Iahiel.
Abril bufó.- No tiene sentido que mataran a la hippy de mi madre por unos ideales tan inofensivos.
-Los ideales no son nunca inofensivos. ¿No sabes lo que decía el Che? Las personas mueren, pero sus ideales no.- Respondió él.- Realmente no se sabe quien de los dos bandos cometió el atent...
Abril no le dejó continuar. -No se sabe y saberlo no cambiará nada. Creo que yo no necesito saber nada más.-Hizo una pausa mientras se levantaba.- Mira, Iahiel, has sido muy amable al explicarme esta lección de historia, pero no tengo nada que ver con vuestro mundo, esta guerra no es mi guerra. Me mantendré apartada de vuestros absurdos debates y agradecería que hicierais los mismo conmigo.
-En el momento en que ese par de alas salieron de tu espalda dejaste de ser una simple humana. No te puedes desentender del tema. Cualquier akhariem que no escoja bando es susceptible de unirse al otro, y por tanto serás el objetivo a eliminar. No puedo dejar que eso pase, tienes de elegir.- Contestó firme Iahiel.
-¿Elegir dices? En ningún momento me estás dando la oportunidad de elegir. -Respondió Abril cabreada.- O elijo tu bando o me eliminarás aquí mismo, sin darme tiempo a reaccionar, ¿me equivoco?
Iahiel no respondió, pero tampoco hacía falta, Abril ya sabía la respuesta.
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Noche de Abril
Siêu nhiênAbril es una chica normal, solitaria y algo borde. Vive totalmente independiente desde hace más de 4 años, ya que desde los 18 no ha tenido ninguna clase de contacto con su familia. Sin embargo, un día cualquiera un dolor de espalda que le atormenta...