Abril llevaba un rato en el cuarto, ordenando la ropa en una cómoda de su lado que había comprobado que estaba totalmente vacía. Cuando acabó, Lim todavía no la había venido a buscar y ella tenía hambre, así que decidió ir por su cuenta la cocina. Sin embargo, al abrir la puerta una bola rubia y peluda entró de golpe y se le tiró encima, derribándola. Trató de zafarse sin éxito de aquel perro, mientras éste le lamía la cara juguetón.-¡Aaaah! Joder que asco, quita puto perro.- Empezó a maldecir mientras trataba de apartar al perro que cada vez estaba más animado.
-Como Lim te oiga decirle eso a Dexter te va a cortar la cabeza.- dijo una voz desde la puerta. Al verlo el perro se apartó de ella y fue a saludar al desconocido, que le tendía una mano a Abril para ayudarla a incorporarse.
Se fijó que no era uno de los chicos que habían antes en la cocina. Era alto, con el pelo de un dorado oscuro y unos ojos negros que la miraban fijamente.
-Tú eres la nueva, ¿no?- Preguntó.- Yo soy Mekael.
-¿Que coño os pasa con los nombres? ¿No hay nadie que tenga uno normal? Algún Paco o Carlos aunque sea. -dijo Abril irritada después del baboso encuentro con el perro.
-Mejor relajate si no quieres que vuelva a llamar a Dexter.- le amenazó él divertido.- ¿Cómo te llamas tú?
-Abril. -Contestó ella.
-Un nombre de lo más común.- dijo sonriendo irónicamente.- Por cierto, la cena ya está lista, me han pedido que venga a avisarte.
Abril se lo agradeció y le siguió hasta el comedor donde estaban todos.
Durante la cena estuvo callada, observando a aquellos desconocidos que la incluían como si la conocieran de toda la vida. Todos hablaban a gritos y actuaban como una gran familia, algo a lo que Abril no estaba acostumbrada. Poco a poco fue conociendo a los demás, como una chica rubia bastante pequeña que la llamaban Mica y sólo tenía 18 años, o un chico de color llamado Troy que charlaba animado con Caleth.
Lim hablaba con otra chica que se había presentado como Paz, mientras que Mekael mordisqueaba una de sus fajitas ausente. Al lado de Abril se habían sentado Iahiel y Eli que charlaban entre ellos, ponían orden en la mesa o le sacaban conversación a ella.
-Abril, mañana empezaremos con tu entrenamiento.- Le anunció Iahiel.- Esperaríamos a que Zacariah vuelva, él es el experto con los principiantes, pero vas bastante retrasada respecto los demás y deberíamos empezar cuanto antes.
-¿Dónde está Zacariah?- Preguntó ella.
-De viaje.- Contestó misteriosa Eli. Por las miradas que les dirigieron los demás Abril supuso que no había contado toda la verdad, pero decidió callar.
Al acabar la cena se fue directa a dormir, sin saber todavía lo que le depararía el día siguiente.
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Le levantó Lim a las ocho, con Dexter botando alrededor de ella y amenazando con subirse a la cama de Abril, lo que hizo que se despejara rápidamente.
Después de vestirse y desayunar se dirigió hacia el exterior con Lim, que llevaba un top parecido al que le había visto a Eli, y que le fue explicando en que consistía el entrenamiento.
-Bueno, lo primero de todo es aprender a controlar las alas, claro. No podrás volar ni hacer nada si no sabes sacarlas primero. No te preocupes, al principio a todos nos cuesta pero verás que después de unas cuantas veces es muy fácil. Posiblemente hasta dentro de una semana o así no conseguirás ni sentirlas. Una vez aprendas a moverlas ya seguiremos con la segunda fase del entrenamiento.- dijo animada.
Fueron hasta el borde del bosque, donde se encontraban los demás alumnos e Iahiel.
-Bueno Abril, a partir de ahora todos los días a las nueve tienes que estar aquí para entrenar con los demás.- Le dijo frotándose las manos. Él y otros llevaban la misma camiseta negra cruzada que Lim.
-¿Cuándo me daréis una de esas camisetas?- le preguntó Abril.
-Cuando aprendas a sacar las alas.- contestó Mekael en su lugar.- Hasta entonces no las necesitas. No se si te lo ha explicado Lim ya o no, pero yo voy a sustituir a Zacariah mientras Iahiel trabaja con los demás.
A Abril no le entusiasmó mucho la idea de entrenar con Mekael a solas.- ¿Porque tú, si se puede saber? ¿No eres un pupilo más?- dijo antipática.
Mekael iba a contestarle pero Iahiel se adelantó, tratando de calmar las aguas. -Mekael es uno de los más avanzados, y el que lleva más tiempo aquí. Su entrenamiento prácticamente ya ha acabado y podrá ayudarte, pajarito.
Abril no quería discutir con Iahiel así que asintió en silencio y se fue con Mekael hacia el bosque, donde empezaría su entrenamiento.
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Se pasaron gran parte de la mañana haciendo ejercicios de relajación, concentración y respiración. Mekael decía que solo así conseguiría sentir sus alas y con el tiempo podría sacarlas. Por su parte Abril, incapaz de relajarse, estaba cada vez más nerviosa.
-Joder a mi las cosas estas de relajación no me van.- repitió por enésima vez.
-Abril, todos hemos pasado por esto, es la única manera de sacar las alas, ¿de acuerdo? Así que cállate de una puta vez y céntrate.
-No es verdad -debatió ella-, cuando Iahiel me atacó conseguí sacarlas. Te digo yo que con el feng shui este de los cojones yo no funciono.
Mekael suspiró exasperado.- El feng shui es otra cosa, idiota. De todas formas de acuerdo, probaremos a tu manera. Creo que tengo una idea.- contestó mientras sonreía con cara de suficiencia.
Se fue rápidamente y volvió al cabo de cinco minutos con Iahiel y los demás alumnos tras él. Se pusieron todos frente a ella, la mayoría sonrientes excepto Iahiel y Lim.
-Esto es lo que vamos a hacer.- dijo Mekael. - Te vamos a dar 30 segundos de ventaja para correr, y luego te vamos a cazar. Más te vale correr, porque si te alcanzamos en menos de 30 minutos te cortaremos las alas y te desterraremos de nuestro mundo.
Abril no pudo evitar reír. -No te lo crees ni tú, chaval.- contestó desafiante.
Mientras lo decía Mekael hizo un rápido movimiento y se colocó tras ella. En un instante sacó un cuchillo y se lo puso en la cara a Abril, haciéndole un corte en la mejilla poco profundo.
-No me quieras poner a prueba, pajarito.- Dijo con un deje despectivo en la última palabra. Y entonces, empezó a contar.- 29, 28, 27...
Y en ese momento, Abril empezó a correr.
Se dirigió hacia el bosque, la única zona donde supuso que sería más difícil cazarla. Sin embargo, después de 15 minutos haciendo quiebros, tropezándose con alguna que otra raíz traicionera y saltando riachuelos, los demás estaban cada vez más cerca. Era evidente que ellos contaban con ventaja, ya que conocían el bosque mucho mejor que ella, que se limitaba a dar tumbos de un lado a otro. Estaba muy tensa, con el corazón latiendo a mil, pero sin verse capaz de sacar las alas.
Siguió corriendo casi jadeando, pero de golpe aparecieron delante de ella un grupo de cinco pupilos con Mekael en la cabeza, que sonreía como un auténtico maniático. La perseguían también por detrás, así que hizo un giro medio derrapando y huyó por el único lado que le dejaban libre. Corrió apartando ramas a su paso, cada vez más densas y se dirigió hacia un claro despejado que veía al fondo. Sin embargo, cuando llegó tuvo que parar de golpe.
Había un acantilado. Abril estaba muy cerca del borde y se asomó, viendo las escarpadas rocas que acababan metros y metros abajo. Oyó como se acercaban los demás.
'Joder, que idiota he sido', pensó. No entendía como podía haberse fiado de unos locos que se creían medio ángeles y sólo la querían matar por alguna guerra estúpida. Los vio aparecer por el borde del bosque, cada vez aproximándose más a ella. Estaba acorralada.
Y entonces Abril hizo lo único que se le ocurrió en aquel momento... Saltar.
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Noche de Abril
ParanormalAbril es una chica normal, solitaria y algo borde. Vive totalmente independiente desde hace más de 4 años, ya que desde los 18 no ha tenido ninguna clase de contacto con su familia. Sin embargo, un día cualquiera un dolor de espalda que le atormenta...