12 (Parte 2)

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Ya lo saben, peeeero por si las dudas:

*****Aviso de contenido sexual*****

Disfruten, han esperado 12 capítulos por esto xD

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—¿... Puedo besarte?

A Dazai se le hacía extraño preguntar; normalmente, uno de los dos siempre se lanza al otro sin pensarlo... No es como si les molestara, al contrario, lo agradecían internamente. Pero sentía que en esta ocasión, necesitaba hacerlo. Tal vez porque Chuuya se veía nervioso y no le gustaría que su primera vez fuera de esa manera (si es que llegaban a más), tal vez porque por fin estaban solos en una habitación sin que nadie pudiera molestar, o tal vez... solo le salió del alma. Nunca lo sabría.

Vio cómo el pelirrojo le volvía a mirar sus labios, y sonrió.

—¿Qué? ¿Ahora vas a empezar a preguntarme?

Eso hizo que el mismo Dazai sonriera,.

—Si así lo deseas...

Chuuya viró los ojos, y le encantaría seguir molestando al castaño, pero sus ojos volvieron a los labios de este, saboreándolos desde antes de siquiera juntarlos con los de él.

Dazai notó la mirada, así que no necesitó ni una señal más para acortar la distancia entre ellos e iniciar el beso. 

Fue un beso que empezó muy tranquilo, algo extraño en ellos porque usualmente se besaban con euforia, con fuerza, rapidez... Y nadie los culpaba, pues sentían o, mejor dicho, sabían que en cualquier momento alguien o algo los iba a interrumpir como siempre pasaba, por lo que trataban de saborear al otro lo suficiente cada que podían...

¿Pero ahora? Ahora tenían todo el tiempo del mundo (o al menos hasta que Mori llame al celular de Dazai), así que lo estaban llevando tranquilo, sin presión... En donde saboreaban el sabor del vino que hace unos minutos estaban tomando en la fiesta, en donde disfrutaban de la suavidad y lo bien que se sentían los labios ajenos, en donde se movían con naturalidad, conociendo ya perfectamente cómo y dónde besar al otro.

Chuuya sintió la lengua de Dazai delinearle los labios, indirectamente pidiéndole permiso que accedió darle, abriendo la boca lo suficiente para que el castaño pudiera meter su lengua y explorarle toda la cavidad, paseándose dentro de su boca con naturalidad, robándole suspiros... 

Las lenguas no tardaron en encontrarse, peleando por el dominio del beso; Chuuya siempre había sido bueno besando, todos se lo decían... ¿Esa forma en la que sabe cómo mover los labios? ¿En la que su lengua siempre se salía con la suya? Increíble... pero ahora lo estaba empezando a dudar porque, si él era bueno besando, entonces el maldito de Dazai era un jodido Dios. ¿Le molestaba? A su orgullo, sí. Pero su cuerpo lo agradecía con intensidad. 

Dazai nunca le había besado así, como si no pudiera tener suficiente de su cuerpo, su sabor... Y sentía que él tampoco. Terminó empujando al castaño hacia atrás para subirse encima de él y seguirle besando. Quería más, quería sentirlo, que el castaño le succionara hasta el alma y ya no pudiera respirar.

Las manos de Dazai en seguida le agarraron la cintura con fuerza, como si le estuviera dando ánimos a hacer lo que quisiera, que le encantaba tenerlo encima suyo. Con mucha más confianza que la que tenía cuando entraron a la habitación, Chuuya tiró las caderas hacia adelante, generando fricción entre ellos y gimiendo en el beso por el mismo. Sentía cómo el bulto de Dazai empezaba a crecer lentamente debajo de él y se emocionaba por lo mismo. 

Un Asunto de NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora