18 (Parte 2)

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¿Listxs para el nuevo capítulo del manga? Yo ando con una ansiedad que ufff. 

Esperemos que el cap 102 no nos termine de destruir nuestra poca estabilidad emocional :D

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Chuuya durmió las siguientes tres horas sin problemas. Escuchaba a las enfermeras entrar y salir de vez en cuando, el sonido de la máquina que mide su ritmo cardiaco estaba estable, y su mano entrelazada con la de Dazai, quien se encontraba sentado a un lado de la cama, le tranquilizaba para no estresarse. 

Odiaba los hospitales. El olor a medicina, las luces que te daban un dolor de cabeza, lo frío de las habitaciones, todo. 

Además, era aburrido. 

Lo único que podía hacer era dormir, ver televisión o leer algún libro... O bueno, eso era cuando estaba solo. Para su suerte, Dazai estaba con él. 

—¿Crees que se den cuenta si nos escapamos un rato? —preguntó al mayor, quien leía un libro que encontró cerca de la recepción. 

Este alzó su mirada de las páginas, alzando una ceja. 

—¿Escaparnos a...?

Una sonrisa apareció en sus labios, una de complicidad.

—Escuché que hay un jardín botánico en la parte de arriba —no lo escuchó, lo investigó en su celular porque no tenía nada que hacer y sentía que la noche pasaba demasiado lenta.

Pero no le iba a admitir a Dazai eso. 

Este le devolvió la sonrisa, dejando su libro a un lado para darle toda su atención. 

—Bueno, si no te sientes mal y quieres hacerlo, está bien. 

Era lo único que necesitaba oír.

Le pidió ayuda para levantarse, ponerse las pantuflas blancas y feas que ofrecía el hospital, y encaminarse al elevador más cercano para subir hasta el dichoso jardín. 

Por supuesto, una vez se puso las pantuflas, Dazai no le dejó dar más de tres pasos. 

—¿Qué ha-

Antes de que pudiera protestar o decir algo, este ya se había inclinado y hecho que se subiera a su espalda, cargándolo como si el mayor fuera un caballito y él el jinete. En seguida se agarró fuertemente a los hombros de Dazai, tratando de mantener el equilibro a pesar de que sabía que si se pasaba a caer, el otro haría todo lo posible para evitarlo. 

—¿De verdad pensaste que te dejaría caminar hasta el jardín? —preguntó una vez se acomodó, empezando a caminar hacia la puerta de la habitación. 

—Pero-

—Chuuya, los años cargando a Kyouka de la sala hasta la cama por fin darán frutos, déjame hacer esto. 

No pudo evitar reír y sentir un tanto de ternura cuando la imagen del castaño cargando a la pequeña Kyouka en su espalda vino a su mente. 

Si tanto insistía... Bien, se dejaría llevar. 

El hospital estaba a oscuras y solitario, como si solo estuvieran ellos dos ahí. 
Como si fueran las últimas personas en el mundo y nadie pudiera molestarlos.

Cliché. Pensó Chuuya. 

Tan cliché, que sintió un ligero sonrojo en sus mejillas y agradeció que Dazai le estuviera dando la espalda y no pudiera verle. Era como en esas novelas dramáticas que se desarrollan en los hospitales y un protagonista siempre muere. Siempre hay una escena en donde uno carga al otro y lo lleva a pasear por el hospital, justo como ellos estaban haciendo ahora. 

Un Asunto de NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora