El director anónimo.

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Lo vi.
Vi al director de mi instituto.
El mismo que me acompañaba a correr.
Hola, me parece bien -le dije un poco avergonzada por haberme hablado con tanta confianza-.
Si supiera que me apetecía verlo me moriría de vergüenza, pero es que es tan guapo... Su barba me volvía loca.
Estuvimos hablando un rato del instituto, hasta que me paré en un escaparate, ahí estaba la cámara que tanto me gustaba, una reflex, estaba de oferta 600€ con el trípode y el zoom incluidos. Una pena que la tienda estuviese cerrada.
Aún no me sabía el nombre del director y era raro después de habernos visto durante tanto tiempo.
Me llevó a un pub a tomar una copa y pusieron 212 de Azealia Banks.
Las copas me hicieron efecto y me puse a bailar al ritmo de la canción, él me miraba como con deseo mientras yo me movía libremente por el centro de la pista, el alcohol me subió demasiado rápido y me fui al baño, entonces él me perdió de vista y fue al baño, me encontró haciendo cola y entonces me llevó al baño de los hombres, estaba vacío y cerró la puerta, entré corriendo al servicio.
Una vez terminado, salí y lo vi tan elegante con su traje de corbata y su americana, que me acerqué a él mirándole a los ojos, me cogió las mano y me dio la vuelta para el lavabo, se acercaba a mi lentamente...
De repente se abrió la puerta, entró un señor mayor y tuvimos que irnos fuera.

Fuimos a la calle a seguir caminando, para que me bajará el alcohol.
¿Estás mejor? -me preguntó preocupado-
Sí, estoy mejor -mentía, no quería que me viese en esa situación de embriaguez-.
Ven, te llevo a tu casa.
Me subió al coche.
Pasaron 7 minutos y me puso la mano en la pierna, justamente un poco más arriba de la rodilla.
Le cogí la mano y me quedé dormida.

Romance a corto plazo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora