Llegué a casa después de un corto pero intenso día de clase.
Por suerte era viernes, y digo por suerte de que a parte de no tener clase durante dos días, no le vería la cara a Sergio.
Dejé la mochila en el suelo, cogí mi móvil y miré Twitter.
Ni siquiera pensé en comer, no me apetecía por el calor que hacía.
Dejé el móvil, me levanté, cogí mis prendas interiores y me dirigí al baño.
Abrí el grifo del agua caliente, mientras me iba desnudando el baño se llenaba de vapor.
Me metí en la ducha, puse el agua a una temperatura estable para mi gusto y empecé a mojarme el pelo.
Cogí el champú me lo eché en el pelo, masajeandolo suavemente con la yema de mis dedos mientras escuchaba Bring me to life de Evanescence.
Ese momento me dio mucho que pensar, pero claro, y me vino la imagen de Sergio cuando me miraba antentamente.
Maldito momento incómodo, el peor momento de mi vida, lo juro. Pero a la vez fue interesante, algo nuevo en mi día a día. ¿Qué querrá de mi?
Salí de la ducha porque me pareció escuchar el timbre de casa. Me tapé con el albornoz y salí en dirección a la puerta. Miré por la mirilla y no vi nadie.
Me di la vuelta y al cabo de un segundo volvió a sonar el timbre.
-¿Quién es?- Pregunté asustada.
-Sergio, ¿está Clara?- Contestó él detrás de la puerta.
¿Qué?, ¿cómo podía estar en la puerta de mi casa?, ¿cómo demonios sabe dónde vivo?
Esto ya me empezaba a asustar.
-¿Qué quieres?- Pregunté muy preocupada.
-Necesito que me ayudes con los ejercicios de matemáticas- Dijo él.
Al final, acabé abriendole la puerta.
Desgraciadamente con tanto alboroto olvidé por completo de que iba en albornoz.
Sergio me miró sin ton ni son, de arriba a abajo fijándose delicadamente en mi cintura.
-Vaya, si me vas a recibir así cada vez que me invites...- Se rió descaradamente.
-Oye, te recuerdo que yo no te he invitado, has venido porque has quer..
-Shh, no malgastes saliva- Dijo cortándome la frase. -Me tienes que ayudar en esto, y te va a ser difícil-
Acabé callándome, no quería entrar en una discusión. ¿Cómo podía llegar a ser tan incordiante y manipulador? Me agotaba su caracter.
Le ofrecí sitio para sentarse, mientras yo iba hacia mi habitación a ponerme unas prendas agradables y cómodas.
-Dime, ¿qué es lo que no entiendes?- Le dije con voz de cansancio.
-Nada- Añadió él a mi pregunta.
Antes de que pudiese rechistarle, sonaron unas llaves entrando en la cerradura de la puerta de mi casa.
-¡Rápido, escóndete!- Le dije susurrando.
Él, rápidamente se metió en mi habitación. ¡Estaba hecha un desastre! Pero no había tiempo para discutir. Cerré la puerta y me tiré al sofá por el respaldo de éste.
-¿Clara?- Preguntó mi madre.
-Sí mamá, estoy en casa. Sola como te prometí y sin nada de por medio- le dije con voz burlona.
Estuvimos hablando un buen rato y mi madre decidió ir al centro comercial. Salimos de casa, y en mitad del camino me acordé de que Sergio seguía escondido en mi habitación.
-¡MIERDA!- Grité en el coche.
-¿Qué pasa Clara?, ¿a qué viene ese vocabulario?- dijo enfadada.
Mi madre odiaba las palabrotas. Quería que tuviese educación y dijera 'corcholis' o 'mecachis', pero yo, claramente no iba a decir semejantes idioteces. Parecería estúpida.
-Nada, tranquila... Lo siento por ese vocabulario mamá, se me ha escapado- intenté ocultar mi preocupación.
¿Por qué me pasan a mi estas cosas?
Ahora mismo, si Sergio no se hubiera sentado al lado mía en clase nada de esto estaría pasando.
Esto parece una historia de locos.
¿Qué hará en mi casa, solo, sin llaves, encerrado ahí hasta que yo vuelva?
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Romance a corto plazo.
RomansaClara no solía confiar en los chicos. pero con el tiempo confiará en Sergio, el chico del que se enamorará o creerá estar enamorada. ¿Era el correcto?, ¿será para siempre el amor de su vida? Por muchas personas que pasen por su vida... ¿le seguirá...