¿Enamorandome?

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Llegué a casa después de una tarde en el centro comercial. Entré corriendo hacia mi habitación y no había nadie, me tiré en la cama y vi un papel pegado al techo.

¿Qué hace eso ahí?

Lo cogí y lo abrí. Era de Sergio...'Clara, a sido un placer estar escondido en tu habitación, lo siento por la cerradura de la puerta, necesitaba salir de aquí antes de que me pillasen dentro, he dejado mi número de teléfono guardado en tu móvil por si quieres hablarme'.

-¿HA COGIDO MI MÓVIL? ¿CÓMO SE ATREVE? Clara, relajate, respira hondo.- me dije.

Cogí mi móvil y miré los contactos, me fui para la S y no encontré nada.

Mi movil se volvió loco y se fue para la M, vi de contacto 'Mi Sergio <3'. Quise cambiarlo, pero no pude. Cabronazo...

La única opción era borrar el contacto. Iba a hacerlo pero mi madre me llamó.

Cuando terminé con mi madre se me olvidó lo que tenía que hacer.

-¿Sales hoy?- me dijo Cintia.

-¡Claro!- le contesté.

Quedamos sobre las diez de la noche para dar una vuelta.

Hicimos muchas tonterías, vino el novio de Cintia y un amigo suyo, yo no quería nada con él, pero insistía. Me estaba empezando a incomodar.

Me puso la mano en el hombro, acariciandome el brazo suavemente, le dí un manotazo y me levante dispuesta para irme y él me cogió de la camisa con fuerza y la rompió.

Le veía las intenciones y empecé a correr, él me perseguía, era más rápido que yo.

Miraba hacia atrás para ver si seguía persiguiendome, me giré hacia adelante y me choqué.

A la mañana siguiente me desperté en una cama, no sabía que hacía en ese lugar. No era mi cama, no era mi habitación, no era mi casa, ¿dónde estoy?

Me toqué la cabeza, me dolía muchísimo.

Intento ponerme en pie y la habitación me daba vueltas, estaba muy mareada y antes de que pudiera caerme al suelo alguien me cogió por detrás.

Me giré y era Sergio. Se me escapó una sonrisa tonta pero me moví e hice que me soltara de repente.

-¿Qué hago yo aquí?- le dije.

-Te diste un golpe en la cabeza y te vi tirada en el suelo, me asusté y fui corriendo para ver si estabas bien, te llamaba y no reaccionabas a tu nombre. Así que decidí traerte a mi casa- Me contó él.

-Vaya... muchas gracias por tu atención... supongo- me ruboricé y miré hacia el suelo.

Sergio se rió. Que risa tan dulce. Yo tambié me reí, nos miramos a los ojos y sentía calor en las mejillas. Creo que aun estaban rojas, me avergoncé.

-¿Qué me miras?- le dije rompiendo el silencio.

-Esos preciosos ojos...- dijo tímido.

Vaya, Sergio no era de fijarse en los ojos, sino, en el físico.

-Anda ya- le dije pegandole un pequeño empujón haciendole caer en la cama.

Iba a salir de la habitación cuando de repente me coge del brazo y me tira a la cama. Se sentó encima mía.

-¡Sueltame!- le dije con un tono cabreado.

-Jamás- me contestó él con una sonrisa.

Dios mío, menuda sonrisa tenía... Esos dientes tan perfectos y cuando entrecerraba los ojos... Es tan mono Pensé.

Con lo cual, después de ese pensamiento vi que Sergio se acercaba lentamente a mí.

Me tenía atrapada completamente, no podía moverme.

Cada vez estaba más cerca... ¿pero qué hace?

Romance a corto plazo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora