Existen dulces venenos.
Genevieve Oh es como el azúcar, en pequeñas dosis dará alegría pero en en exceso arruina vidas.
Después de un compromiso fallido y ser la comidilla de la ciudad a Genevieve se le presenta la oportunidad de despegar su carrera de detective en la forma de los casos de dos cortesanas asesinadas y arrojadas al río por un asesino que la prensa ha llamado «el destripador».
Existe suavidad que asfixia.
Jill lleva tres años tratando de ganar el corazón de su vecina, la ha llenado con regalos y atenciones pero nada parece entregarle los resultados que desea, así que se refugia en la oscuridad y los brazos de otras damas.
Existe luz que aniquila.
Yí Ren ―Yrene, para menos complicaciones―, es la hija mayor de la condesa Elizabeth Adler y es también la mujer más rica de Lone Iland. No hay rincón que no pueda alcanzar, información que no pueda comprar ni problema que no pueda eliminar.
Nadie estuvo sorprendido cuando su compromiso con la detective Oh fracasó, pero después de cuatro años está lista para pasar página y volver a pensar en el romance. Su vecina parece la candidata perfecta para finalmente sentar cabeza.
Pronto las tres se verán bajo la sombra del destripador pero solo dos de ellas tienen algo que perder.
Algo es seguro, una fruta podrida sigue estándolo aún cubierta de azúcar.
ADVERTENCIA
Esta historia tiene contenido LGBT+. Principalmente lésbico.
También hay violencia y sexualidad explícita, además de transfobia, homofobia y misoginia.
NO APTA PARA MENORES O PERSONAS SENSIBLES.