☆CAPÍTULO 24☆

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Debilidad

Katerina

Su rostro empieza a mostrar una sonrisa de lado, al escuchar mi respuesta.

—¿La mejor actividad para mí? —se acerca tomándome por la cintura.

No puedo evitar ponerme nerviosa al solo sentir su tacto y su perfume inundando mis fosas nasales.

—No sé si te vaya a gustar. —digo tratando de concertarme en las palabras.

—Si me dices de que va esta actividad, podré decirte si me va a gustar.

No digo nada, solo lo tomo de la mano para y tiro de él hacia la salida, Klaus y Elena están afuera hablando, al salir solo nos da tiempo a mirarlos ya que Arman es el que tira ahora de mí, solo veo que Klaus me da una sonrisa la que devuelvo.

—¿Sabes dónde vivo? —cuestiono al notar que ahora es él el que tira de mí.

—Yo sé todo prometida —responde. Y podría jurar que estaría sonriendo.

La diferencia de altura es demasiada, ya que el camino y yo corro, cansándome más.

—Arman. Para un poco, necesito aire —pido, soltándome de su agarre para poder apoyarme en mis rodillas y tratar de hacer de nuevo el aire a mis pulmones.

Él no parece muy dispuesto a permitirme parar, así que lo siguiente que hace es tomar mi cuerpo y pone mi tripa en su hombro dejándome boca abajo. Esta posición me recuerda la vez que vi la cabaza. Procedo a pensar en flores para que esa imagen se vuelva a ir.

—Sabes, yo pensaba llevarte a comer helado, pero bueno si tienes otros planes, no me molesto —menciono al notar como busca en mi chaqueta las llaves.

—Puedes comerte mi helado.

Golpeo su espalda y agradezco de que estemos en otro país y que nadie nos haya entendido.

—Arman.

—Yo no me quejo de comerte el tuyo, así que me dejas comerte, te aseguro que luego te daré toneladas de helado.

Solo me limito a reírme de esta situación, de él subiendo por las escaleras conmigo en su hombro mientras dice todas estas cosas. Al pararse, me baja dejando que mis pies por fin toquen el suelo. Me mira, me mira con esos ojos de depredador, en el que no sabes si correr o quedarte. Yo en este momento la opción de huida no es algo que me atraiga.

—Las llaves del apartamento, prometida —tiende su mano abierta en mi dirección, esperando una acción por mí.

Hago caso y rebusco en mi chaqueta las llaves hasta que las encuentro en el bolsillo que hay en el interior de la chaqueta. Él las toma y abre la puerta tirando de mi hacia adentro, me alejo un poco de la puerta, él mientras tanto está de espaldas a mí cerrando la puerta dejando la llave.

—¿Cómo han sido estás dos semanas? —pregunta de la nada sin voltearse.

—Bien, he reflexionado mucho sobre las cosas que me rodean —respondo.

Se da la vuelta y nuestros ojos hacen contacto, su mirada tiene ese brillo oscuro y fogoso. Sus pies hacen pasos pequeños y lentos hacía mí, aumentando la adrenalina y el nerviosismo, siento que en cualquier momento el corazón me saldrá del pecho. Por instinto propio mis pies dan pasos hacia atrás sin pensar ni un poco en las acciones que hago, solo voy hacia atrás.

Su mirada me intimida, su altura me intimida y su cuerpo me crea una sensación extraña en el cuerpo, hace que todos los pelos se me pongan de punta al tenerlo cerca de esta manera...o mejor dicho mirándome de esta manera. Mi espalda choca contra la mesa del comedor impidiéndome poner espacio entre nosotros, en cambio, sus pasos lentos y pequeños cada vez cortan más esa distancia, haciéndolo estar cada vez más cerca de mí. Esta situación hace que mis manos suden y algo dentro de mí no deja de darme pequeñas sensaciones en el vientre.

ARMAN © [#2 Serie Velkov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora