ARMAN © [#2 Serie Velkov]

☆CAPÍTULO 29☆

VENGANZA

Basilio Santorno

El punto rojo brilla en la pantalla de mi móvil, indicando el lugar en donde mi hermana está, mientras que yo estoy sentando a la espera de Vlad Pavlov. El que me ayudará a eliminar de la faz de la tierra a Arman Velkov. Pavlov lo quiere hacer solo porque su hija ahora es esposa de ese sujeto, algo leve en mi opinión. Lo mío es odio que llevo abarcando desde hace años, años donde solo me hundí a mí mismo en la oscuridad.

Ahora solo quiero que él sufra de la misma forma en la que yo lo hice y el comienzo de este proceso dio su principio hace unos años, cuando él y mi hermana se iban a casar. Hice todo lo posible para matar ese amor que los dos se llevaban, matar todo lo que podría haber quedado si utilizaba otro plan.

Y aún recuerdo ese momento como si todo hubiera pasado ayer, pero fueron años atrás, pero esa situación pudo alimentar mi cruda venganza, para no volverme en un terrible animal que solo quería acabar con todo lo que tenía por delante porque el me la quitó, me quitó la felicidad.

Bianca se acerca a mí en su vestido blanco, lista para juntarse en matrimonio con Arman Velkov, el exitoso, billonario e inteligente hombre, que toda mujer quisiera tener. Bianca se sentía muy bien al ser la que pudo tener el corazón de «tremendo» hombre.

—¿Por qué me llamaste hasta aquí? —Pregunta confundida al mirar al horizonte y a unos pocos metros poder ver la boda, con todas las personas esperando por la novia y su hermano.

Su rostro dibuja una cara de terror cuando se da cuenta que en los arbustos hay una francotiradora montada y lista para ser utilizada.

—¿Qué tienes planeado Basilio? —Interroga con voz temblorosa, reflejando el miedo por cada parte de su cuerpo.

—¿Qué crees?

Silencio, solo se puede ver su cuerpo temblar, sabiendo que soy capaz de cualquier atrocidad.

—Quiero que dejes plantando a Arman en esa boda —por el rabillo del ojo puedo ver cómo su cuerpo se tensa—. Y no solo eso, también quiero otra cosa que le haga doler en el pecho —me acerco a ella y la tomo de los hombros, manteniendo mi mirada en sus oscuros ojos, que ahora están llenos de lágrimas.

—¿Qué estás diciendo, Basilio? —Veo como esos oscuros ojos se vuelven más vulnerables y puedo ver a través de ellos como su pequeño e inocente corazón se destruye.

—Quiero que vayas a su coche junto a un hombre y finjas que lo estás engañando —no mido ninguna de mis palabras, quiero verlo destruido, quiero que sufra. Y que mejor opción que está.

—¡¿Acaso te estás volviendo loco?! —Agarra la parte superior de mi camisa y tira de ella—. No voy a hacerlo —contesta entre dientes cerca de mi rostro, con lágrimas ya cayendo de sus ojos.

—Tranquila. Si no lo haces tendré que recurrir a mi «plan B», porque diciéndotelo todo con amabilidad parece ser que no te convence en lo más mínimo. Así que, lo que me queda es amenazar, diciendo que mataré a ese hijo de puta en este preciso momento y tú vivirás toda tu puta vida de mierda, teniendo la culpa de que él ha muerto por no haber algo tan fácil, que tú podrías haberlo salvado sin problema.

Las lágrimas caen por su rostro como si fueran cascadas. La verdad, lo único que me importa en este momento es verle sufrir lo más que pueda.

Ella acepta ese acuerdo muy rápido, con solo oír que podría matar al amor de su vida, era más que claro que iba a acceder.

Vas a seguir pagando por ese momento en el que me quitaste la posibilidad de amar, de amar a la persona que me trajo de vuelta la esperanza de que podía confiar en alguien que te quiere y aprecia.