ARMAN © [#2 Serie Velkov]

☆CAPÍTULO 30☆

ENFRENTAMIENTO

Katerina

El camino a la casa de los padres de Arman se entorna a un aire lleno de tensión, donde la sonrisa de Arman llega a ser el protagonista de mi mirada y pensamientos.

No sé que es lo que planea ahora hacer, pero que no se asuste en el momento donde su plan quizás no le salga.

Tras un viaje de unos minutos llegamos a la casa de sus padres, podría decir, la nueva casa. A pesar de que esta sea más grande y con muchas otras cosas que se necesitaba en la anterior, esta no carga con los sentimientos, recuerdos, momentos importantes, que cargaba la anterior. Es un dolor grande ver como está destruida, sin ningún pilar quedando de pie, todo hecho pedazos.

Mi mente se vuelve a centrar en el presente y es allí donde me doy cuenta de la tremenda cantidad de coches que abarca. Cada uno de estos con una bandera pequeña en la parte lateral del coche y un montón de escoltas, que a su vez también llevan un logo pequeño en sus trajes oscuros en la parte derecha. Todos vigilan la casa por todos lados, atentos a cualquier movimiento que sucede en este perímetro.

Arman para el coche y es entonces cuando dos escoltas se acercan a nosotros, cada escolta abre la puerta de uno de nosotros y tras eso nos sigue los pasos cuando empezamos a caminar. Acelero mi paso para quedar al lado de Arman, enderezo mi espalda, con el mentón en alto y mirada fija en la mirada de los hombres que hay delante mía, protegiendo a la personas, que seguramente están dentro.

Al entrar los escoltas que nos llevaban siguiendo desde el coche, paran su destino en la puerta, quedándose afuera, sin embargo, otros cuatro escoltas se acercan y empiezan a seguirnos en el momento de caminar hacía la sala. Nuestros pasos se escuchan en la gran casa, dando un escalofrío por todo el cuerpo. Cuando atravesamos el pasillo que nos conduce al salón, nuestros ojos dan con Ruxandra y Levska, los padres de Arman.

Los dos se levantan del gran sofá negro en el que estaban sentados, acercándose a nosotros con unos rostros de preocupación, que alertan todos mis sentidos. Al estar cerca de nosotros, nos abrazan y tras eso Rux toma una bocanada de aire, mirando a su marido, devolviéndonos después la mirada.

—Sé que esto te pondrá nerviosa Katerina, lo sé. Pero ten en cuenta que en cualquier momento podrás salir de allí y serás defendida por nosotros —su tono de voz es tan cálido, pero lleno de miedo y preocupación, que me es difícil no sentirlo yo.

—No me digas que...—enfatiza Arman.

Su madre asiente, cerrando los ojos, haciendo crecer el miedo dentro de mí.

—¿Qué es lo que ocurre? —Pregunto al no entender nada y sentir esta presión en el pecho.

Ruxandra mira a su hijo, dándole la mirada de «díselo tú». Arman gira su cabeza, fijando sus ojos en mí. Y en estos momentos podría decir que el silencio que hay me asfixia tanto que me es difícil seguir de pie delante de todo esto.

—Tendrás que enfrentarte a los socios, tú sola.

Mi confusión es obvia, y ellos parecen percatarse de eso. No le veo lo malo a esto, creo que no será tan difícil.

—Lo que pasa es que ellos van a ser muy dañinos contigo, porque lo único que desean comprobar es tu debilidad. Quieren comprobar que tan débil puedes llegar a ser y si puedes manejar ser La Dama de La Mafia Rusa. —Explica Ruxandra, mirando hacia la puerta, donde, supongo, estarán los hombres.

Asiento pensativa.

Después de vivir años con mi padre, la verdad que enfrentarme a unos cuantos socios que solo sacan mierda por la boca puede ser fácil o difícil, no sabré decir cuales son los límites que tienen ellos.