☆CAPÍTULO 37☆

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LUGAR

Katerina Velkova

Nuestras pisadas resuenan en los pasillos oscuros y estrechos que conducen hacia las celdas. Celdas llenas de personas que han manchado el Legado Velkov, personas que han traicionado a la familia Velkov y también los enemigos del Legado.

Ahora nuestro objetivo es llegar a Basilio y hacer nuestra primera tortura, sin embargo, no será una tortura física, no de momento, sino una psicológica, para que se arrepienta de haber hecho todo lo que hizo, de tener la intención de matar a Irina, con solo eso quiero hacer de su vida un infierno donde ni el mismísimo diablo le haría pasar.

Arman y Denis están a mi lado, cada uno de los dos queriendo hacer a Basilio pagar por las cosas que hizo, pero de manera más bruta y dolorosa, por decirlo mejor: a su estilo.

Al pasar ese largo pasillo, damos con unas escaleras que nos lleva a otro pasillo, pero la diferencia es que este nos lleva a distintas habitaciones donde cada una está repleta de traidores. Seguimos caminando hasta el final del pasillo donde se encarcelan a los enemigos. Uno de nuestros escoltas se adelanta y nos abre la puerta dejándonos a la vista una gran habitación oscura y fría, la única luz que podemos apreciar es la del centro de la habitación, donde en el suelo está tendido el cuerpo de Basilio, su ropa está rota y con algunos rasguños en su piel.

No pensé nunca que tendría satisfacción al oír los quejidos de una persona, pero Basilio vino a hacer la excepción. Con solo saber que me quito a Klaus, que casi me quita a Irina y Arman, no merece ni un poco de remordimiento. Dos de nuestros hombres se acercan a él y empiezan a atarlo a la silla para que nuestra charla sea aún más cómoda.

—Bueno, parece ser que los papeles se han invertido. ¿No te parece eso gracioso, Santorno? —Comienza Arman, sentándose en la silla con una risa en la cara de oreja a oreja.

Basilio no dice nada, solo nos mira reflejando su rabia y tristeza.

—Parece ser que al final esta no fue tu victoria. Te dije en el cementerio que no hay que celebrar tan rápido porque la vida puede dar muchas vueltas —le recuerdo mientras inclino mi cuerpo hacia adelante apoyando mis codos en mis muslos, haciendo que mi mirada sea aún más penetrante—. Espero que ahora te quede claro.

—¿Qué queréis de mí? Matarme ya, no os sirvo de nada —espeta entre dientes Basilio mientras forcejea para salir de la cuerda que lo mantiene casi sin movilidad alguna en los pies y manos.

Arman se levanta de la silla y da unos pasos hasta estar lo suficientemente cerca de Basilio.

—Quiero hacerte sufrir hasta el momento donde llores por tu muerte —menciona Arman observándole con mirada firme y agresiva, dando verdaderamente miedo.

—Pero antes de eso, quiero que firmes este papel dándonos todos los terrenos que te pertenezcan, además de renunciar al Legado Santorno y dejar Italia al mando del Legado Velkov —enuncia Denis mirando el MacBook que hay a unos cuantos pasos de nosotros. Se levanta de donde está sentado y se acerca a nosotros con los papeles y un boli en la mano. Quizás, si firmas esto no seremos tan duros contigo.

—Sueña con eso —susurra Basilio, dándonos una cara de asco y furor.

Una risa ronca y áspera sale de la garganta de Arman antes de que su rodilla impacte contra la cara del italiano, rompiéndole la nariz.

—Firma puto cabrón de mierda —pronuncia Arman agarrándolo por el cuello de su ropa—. Ten por seguro que de aquí no saldrás vivo hasta que esos papeles no estén firmados.

—No has cambiado Arman —suelta difícilmente por la sangre que le entra a la boca.

—Tú tampoco.

ARMAN © [#2 Serie Velkov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora