☆CAPÍTULO 9☆

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Nerviosa

Katerina

Este es el momento en el que más deseo que la tierra, el sofá o cualquier cosa me trague para saber que no seguiré teniendo esa mirada encima de mí. Aunque antes de eso quisiese matar a mi hermana, por bocazas, nunca puede cerrar la boca cuando debe cerrar.

—Entonces si lo conoces, ¿verdad? —dejo de mirar a Irina, que ahora se acaba de dar cuenta que no debía soltar eso por la boca. Al mirar al hombre que tengo a mi derecha, simplemente me quedo pasmada en la belleza y fuerza de sus ojos—. Ven a mi despacho —dice sin más, se levanta mirando al frente cerrando de nuevo el botón de su americana—. Irina, ve con la señora Ileana —le ordena.

Como si fuera un milagro visto por mis ojos, veo como la niña que difícilmente me hace caso a mí, le hace caso a Arman, sin al menos protestar. Ahora me siento envidiosa.

—Tú —la voz gruesa me saca de mis pensamientos—, sígueme.

Empieza a caminar, y ahora es cuando o me hago la que no ha oído nada o simplemente lo sigo, porque estamparle la mesa de cristal en la cabeza no sería idea buena teniendo la habitación con de escoltas. Por instinto de supervivencia elijo la segunda opción.

Al llegar, me señala que me siente en el sillón. Oigo como cierra la puerta, pero eso no es lo único que mis oídos captan, ese sonido es a la cerradura. Ha cerrado la habitación con llave.

Mis manos empiezan a sudar por el nerviosismo al saber que la única salida que tenía ahora ya estaba completamente cerrada. Mis nervios aumentan al ver que no se sienta en la silla detrás de la puerta, sino justo en el sillón que está de enfrente del mío. Quita a un lado la pequeña mesa que hay a un lado y se acerca más a mí.

Me apego más al respaldo del sillón, su acercamiento algunas veces puede ser tan tranquilizador, pero otras veces hace que me ponga los pelos de punta. Sus ojos y los diferentes tipos de miradas son muy diferentes.

—¿Lo amas? —su pregunta me toma por sorpresa.

Y ahora que lo pienso, Dima hace mucho que perdió mis sentimientos y no es debido a la distancia, sino por todas las acciones que hizo estos últimos años, acciones que tome como una señal de centrarme más en mi hermana y yo.

—¿Cómo sabes de la existencia de Dima Sívori? —necesito saber de dónde sabe que este hombre existe, si ni yo me acordaba.

—Responde a la pregunta que te he hecho.

—¿Vas a responder a la mía?

—Sí.

—Antes sí, ahora no. Solo le guardo un especial cariño —me mira de esa manera que tanto utiliza cada vez que necesita saber si de verdad estoy diciendo la verdad a través de mis ojos.

—¿Qué tipo de cariño?

—Primero responde a lo que te había preguntado.

—La llamada urgente a la oficina era debido a él. Estuvo poniéndome imágenes tuyas y el nombre completo, él sabía perfectamente que tú trabajabas en mi empresa y cerca de mí —quizás me estaba buscando de esa manera ya que él nunca confío en mi padre, no puedo decir nada en ese aspecto. Quizás este preocupado de que mi padre me haya hecho algo.

—Entiendo.

—Sabes lo mejor de todo —esa sonrisa coqueta que siempre lleva en la cara cuando está a punto de hacer unos de esos chistes que tanto ama hacer alrededor de mí—. Decía que yo no podré impedirle la posibilidad de hablarte. Así que responde, ¿qué tipo de cariño le guardas?

ARMAN © [#2 Serie Velkov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora