☆CAPÍTULO 20☆

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Insaciable

Arman

Sus pupilas se dilatan y su boca se abre buscando aire.

—Dime Katerina. Dime si quieres irte —pido, viendo con atención cada parte de su cara.

Veo como cierra la boca y traga saliva, fija sus ojos en mí y niega. La mejor que ha podido hacer desde que llevamos de día.

—Arman...—no le doy tiempo de acabar la frase, me voy contra ella pegando nuestros labios con fuerza y necesidad.

Ella no rechaza y no intenta apartarme, al contrario, me apega más a ella. Nuestras bocas se mueven como un baile sincronizado mientras yo aguanto el peso de su cuerpo por la diferencia de altura que hay entre nosotros dos. Envuelve sus brazos a mi cuello y me hace levantarla del suelo, enrolla sus piernas alrededor de mi abdomen, nos separamos por la falta de aire, pero volvemos a los segundos, esta vez dándome el acceso de poder introducir mi lengua y jugar con la suya.

La falta de aire es la que nos vuelve a separar, pero mi cuerpo necesita probarla, disfrutarla. Empiezo a besar y mordisquear cada parte de su cuello, inclina su cabeza hacia atrás para darme acceso a su cuello. Sus manos juegan con el pelo de mi cabeza y su respiración es fuerte. Me dirijo a la mesa tirando todo lo que hay encima de ella para ponerla con cuidado.

—Arman, —susurra contra mi boca— estamos en el despacho.

Apoyo mi cabeza en su pecho buscando un poco de mi cordura.

—No sabes lo poco que me importa eso —digo mirando sus labios y sus ojos— ahora lo que más deseo es probarte y necesito tu permiso para continuar.

Pone su mano detrás de mi cabeza atrayéndola aún más hacia ella.

—En este momento quiero que me pruebes señor egocéntrico orgulloso —las palabras que suelta son las que provocan que mi cordura se vaya.

Vuelvo a atacar su cuello dejando marcas, levanto su cuerpo de la mesa, sentándola en la mesa para quitarle la chaqueta, ella hace lo mismo con la mía sin despegar nuestros labios, mi paciencia se vuelve más pequeña al ver que la ropa me sigue dificultando el camino. Tomo blusa de cada extremo, rompiéndola, dejando ver su ropa interior.

—Ahora debes comprarme una blusa —pide casi en un suspiro.

—Te compraré cien si quieres —mis manos van desde su abdomen hasta la parte baja de su espalda, acaricio su espalda subiendo las manos hasta el cierre de su sujetador.

—¿Y todas las vas a romper así? —pregunta sin dejar de mirarme fijamente.

—Todas —afirmo, sonriendo sobre sus labios, abro el cierre del sujetador y se lo quito, deseoso por verla, verla desnuda de cintura para arriba sobre la mesa de mi despacho, es una imagen mental que me quiero guardar. Doy un paso atrás.

Al querer apreciar, ella pone sus manos, cubriendo sus senos, teniendo la cara roja. Me vuelvo a acercar, tomando sus muñecas con suavidad.

—Déjame apreciarte, prometida —con suavidad pongo sus manos sobre sus muslos y me aparto para poder verla—. Mírame Katerina, mira a tu futuro esposo —ella cumple mi petición y levanta su cabeza, su mirada es inocente y tímida. Me acerco a ella al notar que su nerviosismo aumenta a cada mirada que le doy. Acaricio sus hombros desnudos haciendo al mismo tiempo un camino de besos húmedos hacia el cuello.

—No sabes lo bien que te ves así. Sobre mi mesa, exponiéndote solo para mí. Sería un lujo probarlos —miro sus pezones erectos.

Me mira confundida.

ARMAN © [#2 Serie Velkov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora