mi amor de fuego y hielo -todoroki x tu

después de tres años: el reencuentro

Narra Todoroki

Estaba en la estacion de trenes super nervioso.

Por fin podría ver a mi novia después de tres eternos años. La había hechado mucho de menos. No ha habido ni un solo día en el que no halla pensado en ella.

Empezaba a ver gente entrar por las puertas pero no la veía a ella hasta que por fin la ví.

Ella me vió y vino corriendo hacia mí. Me agaché un poco hasta llegar a su altura. Noté que había crecido. La cogí, la abracé y la besé.

Como había necesitado la proteccion de esos brazos y la suavidad de esos labios.

No me importaba cuanta gente esuviera en la estacion mirandonos, pero me daba igual porque la había necesitado muchos días.

Cuando ya la solté hablé primero.

– bienvenida de nuevo, amor.– le dije.

– gracias.– me contestó.

Salimos de la estacion y nos fuimos a su casa caminando. Cuanto más tarde llegaramos a su casa mejor. Solo que ella no tenía ni idea.

Veía algo distinto en ella. Tardé un tiempo en caer.

– ¿el corte de pelo va en honor a mí o cuál es la historia?– le pregunté. Ella rió antes de contestar.

– sí, el corte de pelo va en honor a tí. Y la historia es que un fin de semana cuando estaba muy agobiada por los examenes te necesitaba y no se ocurrió nada más que hacerme este cambio de look. ¿te gusta? – me preguntó

– me encanta te veo como si fueras mi hermana pequeña o algo así. - Le confesé con una sonrisa.

Narra_____

Ibamos de camino a mi casa andando.

Caminando él cogió la maleta con una mano y entrelazó la otra con la mía.

Fuimos así el resto del camino.

– bueno, ¿qué tal te ha ido en la universidad estos años?–me preguntó.

– han sido muy estresantes no te voy a mentir.– le confesé.– a se me olvidaba te tengo un regalo.– le dije metiendo la mano en mi bolsillo y sacando el dibujo que hice en el tren.– toma. Somos tú y yo el día en el que...– no me dejó terminar la frase.

– en el que te declaré mis sentimientos.– me dijo.

Yo paré y él hizo lo mismo le miré con una sonrisa, me puse de puntillas y me acerqué a sus labios. Los unimos durante unos segundos y luego los separamos lentamente.

– te he hechado mucho de menos.– le dije mirandole a los ojos.

– y yo a tí.– me dijo.– bueno ¿hace falta qué te castigue o no?– me preguntó con una sonrisa juguetona.

– no hace falta pero tienes permiso si quieres hacerlo.– le dije.

– vamos que se nos hace tarde.– dijo para animarme.

Llegamos a la puerta de mi casa llamé al timbre y Momo salió. Cubrí mi boca con mis manos y la abracé tan fuerte como pude.

– ¿y ese corte de pelo?– me preguntó.

– a que esta genial.– le dije enredando un mechon entre mis dedos.

– me encanta.– dijo y me volvió a abrazar.

Mis padres se asomaron por la puerta y vinieron a paso rapido hacia mí. Ví como Momo entraba a la casa.

– hija. ¿qué tal, como ha ido todo?– me preguntó mi padre.

– ¿y este corte de pelo?– me preguntó mi madre como si no le gustase.

– ¿qué pasa, no te gusta?– le pregunté un poco apenada.

– no, no. Todo lo contrario me encanta.

– te hace ver más mayor.– dijo mi padre.

– ya esta todo listo.– susurró Momo desde la puerta de la casa.

Mis padres me taparon los ojos con sus manos y me empezaron a guiar a lo que yo creo que era dentro de mi casa.