mi amor de fuego y hielo -todoroki x tu

ya en la cena

Narra ______

Ya habíamos entrado al comedor, y ahora nos encontrábamos buscando la mesa en la que se habían sentado nuestros amigos.

Les encontramos: estaban sentados en una mesa al lado de uno de los ventanales con vistas a la piscina.

Estabamos sentados ya con ellos cuando nos trajeron la carta para escoger que queríamos para cenar.

Había muchas cosas pero yo pedí pasta a la carbonara. Me gustaba mucho.

Estuvimos un rato hablando hasta que nos trajeron nuestra comida. Mi comida  estaba deliciosa. No tenía nada que ver con lo que cocinaba mi madre.

No tardamos mucho en terminarnos la cena.

Después de la pasta, de postre me pedí una porcion de tarta de galleta y caramelo. Estaba deliciosa.

Cuando ya nos terminamos la cena tocaba baile. Baile en pareja. El chico se levantó antes que yo, se agachó un poco y en una voz muy tranquila y caballerosa dijo:

- ¿me concede este baile, princesa?- cuando terminó de pronunciar la frase me ofreció su mano. Había dicho esa frase de una forma tán caballerosa que no podía negarme.

Caminamos hasta el centro de la pista de baile. Él me agarró por la cintura y yo a él por el cuello. Empezó a sonar la música y también empezó nuestro baile.

La musica era una música de vals, una de vals lento. El ambiente estaba tranquilo, solo se escuchaban los murmullos de la gente y el sonido de la música.

Estaba fascinada con la forma en la que el chico estaba vestido. Llevaba traje negro, zapatos negros, no llevaba corbata y llevaba puesta una camisa blanca. La camisa se le ajustaba un poco al pecho, pero la chaqueta lo escondía.

Entre él y yo había silencio. Uno cómodo. Había silencio hasta que lo rompí.

- ¿cómo te llamas?- le pregunté en un tono tímido.

Rió de esa forma que a mí me gusta, luego me miró a los ojos. Nunca me había fijado en el color de estos: su ojo izquierdo era azul y el derecho era marrón; marrón clarito. Un marrón avellana un poco más oscuro de lo normal.

Eran preciosos.

– Shoto, me llamo Shoto Todoroki. ¿y tú?- me preguntó cuando ya hubo contestado a mi pregunta.

- yo me llamo ______ .– dije timidamente.

- vaya, que nombre tán bonito tienes.- dijo sin apartar el contacto visual.

- gracias.- dije. Aparté mis ojos de los suyos, mientras sentía como mis mejillas  tornaban un color enrojecido.

Seguíamos bailando en silencio cuando nuestros amigos vinieron a avisarnos de que volverían a las habitaciones porque estaban cansados.

- vale, vale. No pasa nada.- dije.

- nosostros nos quedamos.- dijo Shoto.

Estuvimos unos minutos más hasta que salímos a dar un paseo.