en el paseo

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Narra Todoroki

Ya habíamos salido del baile y estábamos caminando por el paseo marítimo.

Era una noche de fresca de verano.

No sé sí sería por el mar pero el aire holía a tierra mojada, también se sentía húmedo y pesado.

Estabamos caminando sin rumbo alguno. O eso le quería hacer creer a ella. La iba a llevar a un campo con vistas al mar que había por aquí cerca. Lo había descubierto al ir a surfear.

Mientras caminabamos yo estaba hablando y mientras lo hacía ella me miraba a los ojos. Su mirada desprendía inocencia. Sus ojos verdes me miraban con una inocencia inmensa.

-¿y cuál es tu particularidad?- preguntó. Su voz era encantadora, linda, dulce y te animaba a seguirla escuchando, aunque sonó bastante tímida.

- mi particularidad es lanzar fuego y hielo.- le contesté. Antes de que ella volviera a decir nada yo pregunté antes.- ¿y la tuya?

- la mía es predecir los movimientos de alguíen.- dijo. No entiendo por que cada vez que me contestaba a alguna pregunta ella hablaba con voz timida o sus mejillas se enrojecían.

Empezaba a ser tarde cuando por fin llegamos, pero mereció la pena al ver su relación: se cubrió la boca con ambas manos y empezó a admirarlo todo.

Yo me fuí a sentar detrás de un tronco que estaba caído en el suelo. Ya había dado unos pasos cuando ella me siguió.

Nos sentámos juntos.

Podíamos ver el mar desde allí y también escuchar las olas. Ella respiró hondo y cerró los ojos. Hizo eso repetidas veces.

- ¿ por que haces eso ?- le pregunté intrigado.

- me relaja. Me encanta.- dijo.

– ¿lo qué estás haciendo o el mar?– le pregunté de nuevo, indeciso.

– ambos.– me respondió. Suspiré y me recosté en el tronco.

Estuvimos allí un buen rato. Sentados en la fresca hierba, mirando al mar y escuchando las olas romper contra las rocas.

Empezaba a hacer frío y ella no tenía chaqueta.

Ella intentó disimularlo pero falló. Me quité la chaqueta de mi traje y se la ofrecí.

- gracias.- dijo en una voz casi inaudible antes de ponersela.

Le quedaba muy grande, le sobraba bastante manga y le quedaba muy larga.

Después de que ella hiciera eso, me desbroché los primeros botones de mi camisa blanca. Las nubes escondieron a la luna. Sabía que iba a empezar a llover.

- oye. Creo que será mejor que nos vallamos. – dije.

- sí. - accedió.- Parece que va a llover.- dijo en un tono preocupado.

Antes de que empezara a llover, desandamos el camino que habíamos recorrido anteriormente.

mi amor de fuego y hielo -todoroki x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora