mi amor de fuego y hielo -todoroki x tu

en la playa

Narra _____

La playa estaba más cerca de lo que esperaba. Cuando mis pies tocaron la arena sentí calma, mucha calma. El mar me había relajado desde siempre; no sé porque pero lo hacía.

Nos acercamos a un grupo de chicos que parecían de nuestra edad.

- hola. - nos saludaron.- venga sentaros.

Eran nuestros compañeros. Yo iba a distinta clase que ellos pero, aún así, nos hicimos amigos muy rapidamente. Estuvimos hablando y riendo por más de veinte minutos, hasta que un chico se acercó a nosotros.

A lo lejos parecía bajito pero cuando ya estuvo lo bastante cerca le ví. Era mucho más alto que yo, era musculado, de piel palida, en el alrededor del ojo izquierdo tenía la piel roja y pelo bicolor. Se agachó para agarrar su toalla, y secarse el cabello con esta.

- hola.- me saudó al ver que le miraba tanto.

-hola.- le contesté agitando la mano.

Cuando acabó de secarse tenía el pelo alborotado pero, antes de sentarse con nosotros sacudió su cabeza haciendo que su pelo quedara aún más despeinado.

Cuando ya se sentó él empezó a hablar con todos de cualquier tema.

Yo no podía quitarle los ojos de encima. Era atractivo, muy atractivo, pero con el pelo de esa manera me lo parecía más aún.

Cuando decían alguna cosa graciosa él se reía, y cuando lo hacía arrugaba la nariz. Su risa era suave y tranquila. Eso era lo que desprendía: calma. Él desprendía calma.

Nos pasamos así horas. Reíamos, hablabamos y nos divertíamos. Cada vez había menos gente en la playa. La marea había subido. Empezaba a hacer frío.

Esos factores hicieron que recogieramos nuestras cosas, cerciorandonos de que no nos dejabamos nada olvidado, y volvieramos al hotel todos juntos.

Cuando entramos al recinto del hotel el grupo era cada vez mas pequeño.

Cuando llegamos a nuestra habitación, el grupo había pasado de ser de unas veinticinco personas a ser de cuatro : Momo, yo, el chico del pelo bicolor y el peliverde Izuku.

- hasta ahora. - nos despedímos.

- chao. - dijeron. Y siguieron andando hasta su habitación.

Nosotras nos metimos en la habitación y salímos a la terraza para sacudir la arena que se había quedado en las toallas.