Enero 1

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Mi padre me ha sacado de debajo de mi cama, me ha arrojado a ésta y se ha puesto sobre mí, puedo oler el olor del alcohol y tabaco, solo de olerlo me dan náuseas, comienza a golpearme, primero son bofetadas, después golpes en mi cuerpo, lo único que hago es tratar de quitarlo de encima de mí, de protegerme la cara y poner duro el abdomen para soportar el dolor.

No puedo dejar de llorar en cada golpe, creo que puedo escucharlo llorar también, yo lloro de dolor, imagino que él llora de frustración, dice don Luigi que no es bueno tomar, que saca lo peor de ti, el dolor, el sufrimiento y la impotencia, que incluso te puede volver una persona agresiva... puedo sentir en cada golpe que todo lo que dice don Luigi es verdad.

Después de mucho tiempo, mi padre cae sobre mí, estoy jadeante de cansancio, doy gracias de que se haya dormido y me haya dejado de golpear, me incorporo un poco para que caiga en la cama, intento levantarme y caigo, las piernas me tiemblan, me toco el abdomen e intento ir al baño, quiero vomitar, caigo un par de veces más, llego al baño y vomito, la cara me arde y duele, cuando me levanto y me veo al espejo, veo en el reflejo la cara de mi madre, sí, justo así se veía mi madre.

Diario de un SumisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora