Marzo 1

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Salgo tranquilo de la tienda y entro a mi casa, mi padre está sentado en la sala, me ve entrar y yo bajo la mirada, cierro la puerta y antes de que me diga algo, me dirijo a mi cuarto, quiero escapar de él, siempre llega hasta la noche, podía estar al menos un par de horas tranquilo, pero hoy no será así.

Sé que viene detrás de mí, corro a mi habitación y cierro la puerta, pero él la empuja fuerte, tanto que hace que mi cuerpo se vaya para atrás, reacciono y empujo nuevamente la puerta para intentar cerrarla, pero no lo logro, caigo de nalgas, lo siguiente que siento es ser tomado de mi brazo y ser arrojado a la cama, pateo para alejarlo de mí, pero es más alto y más fuerte y al reventarme la nariz, pierdo la visión y la poca fuerza que tengo, escucho la hebilla del pantalón y cierro los ojos, me hago bolita y grito en cada golpe que me da. Entre tantos gritos y golpes, entiendo que quiere el dinero que gano.

Solo que no es eso lo que me sorprende y me deja atónito, sino el hecho de que, por primera vez, acaricia mi cuerpo de una manera que no debería de ser, puedo ver cómo acerca su cara a la mía, una vez que mete su mano debajo de mi playera y acaricia mi cuerpo, tiemblo de miedo, puedo sentirlo, arroja el cinturón al piso y se sube a mi cuerpo, acaricia mi cabello y mira cada detalle de mi cara.

-Eres igual de hermoso que tu madre.

Frota su cuerpo en el mío, el dolor de los cinturonazos, me obligan a cerrar los ojos, pero intento alejarlo de mí y giro mi cara evitando cualquier contacto con él, cuando siento su erección siendo restregada en mi cuerpo, entiendo muchas cosas.

Diario de un SumisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora