Diciembre 24

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El innombrable sale de la ciudad en días pasados, quiere visitar a su familia, no me opongo, prefiero pasarla con don Franco, prepara un pavo pequeño muy rico y yo llevo el postre del restaurante de Hokim, la paso muy bien, ese día trabajamos mucho, Hokim cada vez tiene más clientes y no han dudado en pedirle para la cena, algún platillo y croissants tanto dulces como salados.

Llego a casa después de medianoche, me acuesto a dormir, no sé la hora exacta, pero el innombrable llega, el olor tan conocido, me alerta de inmediato, trato de ofrecerle un café, un té algo, pero lo único que quiere es sexo, me lastima su intromisión, no me prepara, por lo que, es muy doloroso, mi mundo se viene abajo una vez más, cuando me abofetea un par de veces, mientras soy penetrado.

Diario de un SumisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora