Omegacember 2021

27- Rutina ( Sukufushi )

Tanto el alfa como omega intentaban instalarse en su nuevo departamento, dando un gran paso en su vida como pareja.

- Donde dejo estas cajas, Meg - Pregunto Sukuna.

- Déjalas cerca de la cocina - Dijo el azabache mientras señalaba el lugar mencionado.

Ya tenían la mayoría de muebles, solo faltaría desempacar las cosas pequeñas y acomodarlo.

Algo mínimo.

- Y esas fueron las últimas cajas - Dijo el alfa mientras se sacudía el polvo de las manos.

Megumi le pasaba un vaso con limonada que Sukuna recibió con una gran sonrisa.

El silencio entre la pareja era cómodo, solo un par de sonrisas y miradas fugases que se lanzaban descaradamente, más por la parte del alfa, Megumi solo se sonrojaba o contraatacan con la misma fuerza.

- Será mejor desempacar - Dijo Fushiguro, Sukuna solo asistió con la cabeza, quién era él para desobedecer a su Omega.

Megumi se fue a la habitación para arreglarla, el alfa se quedó desempacando lo de la cocina y sala.

Todo estaba bien hasta que se escucha un ruido muy fuerte, proviniente de la habitación de ambos.

Sukuna salió corriendo para ver lo que se encontraba y lo que vio fue lo más adorable de la vida, que siempre guardaría en su memoria.

En el suelo estaba regada la ropa de ambos, Fushiguro tenía un par de prendas encima pero eso no era lo que llamaba la atención, si no que sostenía una pequeña cajita de terciopelo negro, con los ojos bien abiertos y un fuerte sonrojo.

— Enserio — Susurro, pero no levantó la vista de la piedra

— Quería pediterlo de una forma más romántica, pero creo que lo encontraste antes de lo previsto — Dijo Sukuna, agachándose hasta estar a la altura de Megumi, agarro la cajita de terciopelo en sus manos y vio fijamente a Fushiguro.

— Se que no soy el mejor alfa, enserio, me sorprende que alguien como tú me allá dejado entrar en su vida — Soltó una pequeña risa — Pero voy a intentar ser el mejor todos los días, para ser digno de ti, de tus miradas, de tus sonrisas, de tu corazón.

~ Me harías el honor de poder estar contigo, en las buenas y en las malas, en la salud y enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, quiero poder ser yo el padre de tus cachorros, Megumi Fushiguro, puedo ser yo tú alfa y tú mi Omega.

Megumi soltaba lágrimas de sus ojos azul mar, tenía la sonrisa más grande que a podido dar en su vida y abrazo a su alfa.

— Si, Sukuna, quiero casarme contigo — Enterró su rostro en el pecho del alfa, eran demasiadas emociones en un solo momento, pero la que sobresalía sobre todas esas, era la felicidad, la felicidad de estar por fin con la persona que amaba.

El alfa no se esperaba esa reacción o tal vez si.

Abrazo fuertemente a Megumi, pero como si fuera porcelana que en cualquier momento podía romperse.

No fue la forma más romántica de dar la noticia, pero fue de una forma única e inigualable.

La pareja no era perfecta, era imperfecta.

Bueno.

Era perfectamente imperfecta.

— Gracias, Gumi — Dijo Sukuna aún abrazando a Fushiguro — Gracias por poder ser parte de tu vida.

Megumi solo abrazo más al mayor.

La tarde solo la pasaron abrazados, entre mimos o unos besos nada inocentes.

Fushiguro quería que Sukuna fuera parte de él.

Dicen que después de una buena declaración de matrimonio, tiene que haber una buena sesión de sexo.

Bueno, no para los que querían llegar vírgenes al altar.

Pero ese no era el caso de la pareja.

Las feromonas de chocolate amargo y arándanos, se mesclaba a la perfección en la habitación.

Se volvían uno solo.

Los gritos del omega era lo único que se escuchaba, aparte de los gemidos y choques de piel.

Los dos estaban agotados, pero en especial Megumi, que se acomodó en el pecho de su alfa y cayó en las manos de Morfeo.

Les voy a ser sincera, originalmente no iba a ver una propuesta de matrimonio, pero la canción " El anillo" de Jennifer López me inspiro.

Espero que les allá gustado.

Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora