Pintalabios-cap24

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Adam



No sé en que momento pensé que dejar que la pelinegra me maquillase era una buena idea.

Pero supe que había sido una de las peores decisiones de mi vida; y no exagero; cuando noté como una especie de pasta se esparcía por mi cara; Domi dijo que era la base o algo así pero solo sabía que quería quitarme todo eso. Era como si me hubiesen puesto una segunda piel, pegajosas que no olía muy bien.

-No hagas nada, ahora vengo- dijo ella antes de desparecer entrando al baño.

No voy a negar que no podía parar de pensar en lo que había pasado hacía unos momentos; yo encima de ella, la pelinegra sin camisa y estremeciéndose bajo mis besos. Pero, el gilipollas de Nick nos había interrumpido. ¿Qué hubiese pasado si no hubiese llamado a la puerta...? Nunca lo sabremos. Tristemente.

Pasé un dedo por mi mejilla aprovechando que nadie podía decirme que dejase quietas las manos porque "estropeaba la base" era asqueroso, mi dedo quedó recubierto de esa cosa. Que asco; no entiendo porque ellas chicas se maquillan, es increíble como no se agobian o algo así. Bueno, ellas son superiores, pero no me imagino poniéndome esta cosa todos los días.

-Vas a quedar genial, esta paleta es casi nueva, me la dio Nick cuando llegué- dijo la pelinegra saliendo del baño con lo que suponía que era la paleta y se sentaba enfrente de mí en un taburete que la hacía un poco más alta que yo. Enana.

-Espero que no me salga algún sarpullido con todos los pringues que me estás poniendo- dije yo sentándome bien para quedar cara a cara.

-Lo dudo, a no ser que tengas la piel sensible o algo- dijo y abrió la paleta la cual tenía como veinte cuadradillos con colores distintos y al final unos rectángulos más grandes con unos colores como rosas o algo; aquello parecía el Tetris.

-¿En serio que nunca te habías maquillado?- preguntó ella mientras me pasaba una brocha por los pómulos después de haberla pasado por uno de los rectángulos rosas.

-Pues no, no había tenido la oportunidad- contesté y arrugué la nariz cuando la brocha gorda  la rozó.

-Cierra los ojos, pero sin hacer fuerza idiota- dijo cuando vio cómo apretaba los párpados por miedo de acabar sin un ojo.

-Vale, pero no hagas nada raro- dije yo relajando los párpados.


Y diez minutos más tarde la pelinegra me dejó mirarme al espejo. Y he de admitir que no estaba taaaaan mal como me esperaba.

-Precioso- dijo ella mirándome a través del espejo.

-Yo siempre lo estoy- dije haciéndola reír.

En los ojos tenía una sombra, creo que se llama, de color azul fuerte; tenía las mejillas de un tono rosa y me había puesto un color rojo oscuro en los labios. Ah, que no faltase lo que ella había llamado "eye-liner" que era una especie de triángulo alargado de color negro y en el lagrimal tenía un poco de purpurina blanca.

-Falta el rímel- dijo ella y yo me giré para mirarla.

-¿El palo con pelos rígidos?- pregunté intentando ocultar la preocupación en mi voz. Había escuchado eso antes y también lo había visto.

Era como un palo con mini pelos duros en la punta; por lo que sabía era para las pestañas, pero a veces se te puede meter en el ojo. Solo de pensarlo me entran escalofríos.

Un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora