-Oh, Poche, Dios… qué cosas me haces -gimió Laura.
Estaba desnuda, tumbada sobre los cojines frente a la enorme chimenea. Suspiró y contempló a Poche mientras le besaba el pecho y frotaba delicadamente su estilizado cuerpo contra ella.
-Dios mío, eres la mejor amante que he tenido nunca -susurró en un gemido gutural.
Poche levantó la cabeza y la miró con sus chispeantes y felinos ojos verdes. Ronroneó contra el pecho de Laura, que respingó y la agarró del corto cabello.
-Me lo tomaré como un cumplido, ya que diría que has estado con la mitad de la orilla norte de Chicago -farfulló Poche.
Laura rio y le tiró del pelo a su amante.
-Lo digo en serio. Eres asombrosa.
-Mi madre decía que si se hace algo, hay que hacerlo bien. Y, mi querida Laura, tú te mereces que te hagan las cosas bien.
Poche gimió y le mordisqueó el pezón endurecido con cuidado.
Entonces alcanzó la coctelera de Martini, vertió la bebida helada en una copa de pie alto y luego le pasó el frío metal por el lateral del pecho a Laura, que arqueó la espalda.
-Poche -exclamó.
-¿Sí?
Poche le ofreció la copa de Martini y las dos dieron un sorbo silencioso. Entonces Poche cogió la oliva de la copa y se la colocó seductoramente en el ombligo a su amante. Laura rio cuando Poche le dijo al oído:
-Luego nos ocuparemos de eso.
A continuación le demostró a la adorable Laura todo lo asombrosa que podía ser.
…
Enredadas delante del fuego, las dos mujeres jadeaban pesadamente.
-¿Me he comido la oliva?
Laura se rio.
-Sí, te has comido la oliva y todo lo que se te ha puesto por delante.
Poche levantó la cabeza y la miró con sus traviesos ojos verdes.
-Tenía hambre.
-Deberías volver al trabajo. Me temo que te he interrumpido -suspiró Laura, pasándole las uñas por la espalda.
-Una interrupción deliciosa. Necesitaba un descanso. No podía pasarme ni un minuto más sentada al piano -aseguró, y le besó el hombro. En ese momento sonó el teléfono y Poche gruñó desde el fondo de la garganta-. Aish… -musitó, pero no se movió.
-Cógelo, podría ser tu productor -le recomendó Laura, instándola cariñosamente a levantarse.
-Mierda.
Poche rodó para ponerse de espaldas y cogió el teléfono.
-Más vale que sea importante -ladró al auricular, con la vista fija en el techo.
-¿Poche? Soy Roger. Tienes que venir a Chicago. Tengo una carta certificada de un abogado de Albuquerque. ¿A quién conoces tú en Nuevo México?
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Heavenly Winds [Terminada]
Fanfiction«Hola, cariño: Las dos sabemos cómo estarán las cosas si estás leyendo esto. Lo siento mucho. Pero, oye, quiero que me hagas un favor. Me voy a poner en contacto con Poche, no te cabrees...» ¿Puede la carta de una ex-amante cambiar toda una vida? Po...