Maratón 4/?
-Nunca había estado en Chicago -comentó Calle, contemplando los altos edificios por la ventanilla-. Es impresionante.
-No, no son más que edificios -le aseguró Poche. Entonces tomó dirección al este por la ronda de Congress y le tocó el brazo a Calle-. Eso sí que es impresionante -afirmó con una indicación de cabeza.
Calle abrió los ojos como platos al ver aparecer el lago Michigan.
-Mira qué lago tan grande, pastelito -exclamó.
Skye estiró el cuello desde su sillita y vio el agua.
-¡Abua, Oche! -se entusiasmó, y las dos mujeres se echaron a reír.
Por el retrovisor, Poche vio que la niña hacía un puchero.
-En verano -le recordó.
..Subieron al apartamento del décimo piso en ascensor.
-No me creo que vivas aquí -se asombró Calle cuando se abrieron las puertas.
Skye se aferró del cuello de Poche al recorrer el rellano hasta la puerta; Poche la abrió y entró, seguida de Calle, que echó un vistazo circular a la enorme sala de estar.
-Dios mío, pero si es tan grande como toda la cabaña.
-Lo sé. Estoy intentando venderlo, pero de momento es mi casa y la vuestra, así que pónganse cómodas -les dijo, y dejó a la niña en el suelo.
Calle observó la amplia sala con atención. Junto al fabuloso ventanal que daba al lago Michigan había un piano enorme. La pared de enfrente era toda una chimenea y había un gran sofá colocado ante ella, con aspecto de ser muy cómodo. La parte de comedor estaba atrás y la cocina, a la derecha. Era todo abierto y parecía un estudio gigantesco.
-Los dormitorios están por el pasillo. El principal tiene su propio baño. El otro baño está al fondo -explicó Poche, al tiempo que encendía la chimenea de gas-. Fuego instantáneo -anunció-. Aunque prefiero la cabaña.
-Yo también. Me encanta el olor a la madera quemada en la chimenea -suspiró Calle, contemplando las llamas.
Y así, sin más, Poche se sintió inexplicablemente feliz; se acercó a Calle, se puso delante de ella y le cogió la cara entre las cálidas manos.
-Quiero besarte.
-Me gustaría.
Poche la besó con dulzura y se apartó, meneando la cabeza.
-¿Qué está pasando, Calle?
-No estoy segura, pero me gusta.
-A mí también.
Poche la besó de nuevo y esta vez fue Calle la que se apartó; sonrió y se dirigió a la ventana. Poche la siguió y le puso las manos en los hombros.
-¿Qué pasa? ¿No debería haberte besado?
Calle negó con la cabeza y se enjugó las lágrimas, dándole la espalda, pero Poche la hizo volverse cariñosamente.
-Hey, ¿qué pasa?
-Son las hormonas, creo. No me hagas caso -rio Calle.
-Calle, creo que…
-No, no lo digas -la acalló Calle, poniéndole la yema de los dedos sobre los labios.
Poche frunció el ceño y le besó los dedos.
-Lo entiendo, están pasando muchas cosas y conoces mi reputación -suspiró, resignada, y se alejó.
-Poche, no es eso -insistió Calle, que la siguió por el pasillo hasta que Poche se volvió para mirarla a la cara-. Es verdad que están pasando muchas cosas, pero no tiene nada que ver ni con tu pasado ni con el mío.
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Heavenly Winds [Terminada]
Fanfiction«Hola, cariño: Las dos sabemos cómo estarán las cosas si estás leyendo esto. Lo siento mucho. Pero, oye, quiero que me hagas un favor. Me voy a poner en contacto con Poche, no te cabrees...» ¿Puede la carta de una ex-amante cambiar toda una vida? Po...