Final

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Fue una Navidad fabulosa: Skye jugó con su piano y le regaló a su hermana pequeña varios peluches; Calle hizo la cena y Poche pudo elegir entre tocar el piano o ayudar en la cocina.

Así que Skye y ella se sentaron en sus pianos respectivos. Kim y Sebas fueron a cenar y Skye volvió a recibir regalos de Papá Noel. También se pasaron el rato haciéndole monerías a Tara, que sonrió, babeó y sonrió aún más. Fue Mercedes la primera en fijarse en el anillo y le cogió la mano a Calle al punto, para estudiarlo.

-Vaya, vaya… -suspiró-. Es muy bonito, Calle. Qué romántico.

Calle contuvo las lágrimas y asintió.

-Ha acabado la canción, Mercedes.

-¿Qué? -se asombró Mercedes, que no pudo ocultar la sorpresa cuando Poche regresó a la sala de estar-. Poche, después de todos estos años, has acabado tu canción.

-La canción de Calle, abuela. -Poche la rodeó con el brazo-. Mamá decía que algún día encontraría a la persona adecuada y sería capaz de terminarla. Tenía razón.

Calle le dio un beso en la mejilla y regresó a la cocina; Poche se volvió hacia su abuela, que sonrió y la besó a su vez.

-Marta estaría muy orgullosa de ti. No, está orgullosa de ti. Y yo también.

-Gracias, abuela.

-¿La querrás para siempre? -le preguntó Mercedes.

Poche asintió.

-Para siempre. Que Dios se apiade de ella.

El chillido de Kim desde la cocina interrumpió sus carcajadas y salió corriendo, seguido de Calle, meneando la cabeza, para abrazar a Poche con todas sus fuerzas.

-Es maravilloso -se alegró-. Es… ay, es muy romántico. ¿Y has terminado tu canción para Calle? Ay, Dios mío, eso… oh, es tan…

-Romántico -completó Mercedes.

Poche puso los ojos en blanco y fue a la cocina.

-Necesitamos champán.

Kim miró a Calle.

-No bromea, ¿verdad?

-No, me quiere -afirmó Calle, feliz como unas castañuelas, y la siguió a la cocina.

Mientras Poche abría la botella, Calle fue por detrás, le rodeó la cintura con los brazos y le besó el cuello. Poche cerró los ojos y se estremeció. Entonces Calle fue subiendo la mano lentamente y le tocó un pecho.

-Ah, Dios, Calle… no hagas eso ahora -gimió Poche, temblorosa.

Calle se alegraba de ver que no había perdido la práctica, porque había pasado mucho tiempo y las expectativas sobre cómo sería su primera vez con Poche la estaban matando.

-Has tenido mucha paciencia. Ya no voy a hacerte esperar más, cariño… -murmuró Calle, masajeándole el pecho muy despacio.

Poche cerró los ojos de nuevo; tenía la respiración desbocada.

-Después de acostar a las niñas. Guarda una botella de champán -le susurró al oído antes de soltarla.

Poche dejó escapar un gruñido de impotencia y se volvió hacia Calle, que mordisqueaba una rodaja de zanahoria. Salió de la cocina y Poche se quedó clavada donde estaba, paralizada y dominada por el ansia.

Poche echó a Kim y a Sebas temprano y Mercedes se partía de risa mientras se ponía el abrigo, hasta el punto de que Calle se moría de vergüenza.

-Vale, vale, ya lo hemos pillado -les dijo Kim, al salir por la puerta.

Heavenly Winds [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora