Capitulo 27: De regreso a Grecia.

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Una vez que el peliceleste se separó de Deathmask, el cáncer giró la botella para ver quién sería el próximo, la botella estuvo girando por varios segundos antes de dar justo entre Dohko y Aldebarán.

Aldebarán: Verdad o reto.

Dohko: Verdad.

Aldebarán: ¿Es cierto que estás enamorado del patriarca Shion?

Pregunto con curiosidad, Dohko casi se ahoga con su panecillo que por cierto era el segundo que se estaba comiendo.

Dohko: Por Athena, sabía que debía haber dicho reto.

Todos a excepción de Libra soltaron una pequeña risita por lo que había dicho el viejo maestro.

Dohko: Muy bien, con toda la vergüenza que siento les digo que sí tengo sentimientos amorosos hacía él.

Se cruzó de brazos desviando la mirada de dónde estaban sus compañeros.

Aioros: Tranquilo viejo maestro Dohko, seguramente el le corresponda a sus sentimientos.

Trato de animarlo el sagitario mientras observaba como Aldebarán volvía a girar la botella, está vez le tocó a el con Saga.

Aioros: Verdad o reto.

Saga: Reto.

Aioros: Te reto a quitarte toda la camisa.

Hablo mientras lo miraba fijamente a los ojos, Saga por su parte no protesto y empezó a quitarse la camisa dejando al descubierto su trabajando pecho y abdomen, Shaka sin pensarlo dos veces le tapo lo ojos a su inocente Mu para que no viera al Geminis sin ropa.

Milo: Creo que los retos empiezan a calentarse.

Expreso juguetonamente el escorpió mientras miraba a Saga con una sonrisa pícara lo que provocó que recibiera un fuerte golpe en la cabeza por parte de su amado cubo de hielo. Sagitario juraría que sentía que en cualquier momento sangraria por la nariz.

Aioros: Muy bien, vístete o te dará un resfrío.

Saga: ¿Y si no quiero?

Hablo burlesco.

Aioros: Entonces te la pondré yo.

Respondió mirando seriamente al Geminis, quién tomó su camisa y empezó a ponerse la ya que no quería que su amigo lo vustiera como sí fuera un niño pequeño. Aioros tomo la botella y la giró, esta vez le tocó a Afrodita y Mu.

Afrodita: Verdad o reto.

Mu: Verdad

Afrodita: ¿Eres virgen?

Esa pregunta hizo que Mu sintiera la sangre subirsele a su rostro y lo hiciera verse rojo como un tomate, con vergüenza bajo la mirada antes de responder aquella pregunta.

Mu: S-si

Shaka: Tranquilo, que estoy seguro de que no eres el único que es virgen aquí.

Le dijo el rubio dándole un tierno abrazo a su novio, Mu sonrió y ambos juntaron sus frentes. Afrodita tomo la botella y la giró, nuevamente tardo varios segundos antes de que finalmente parase señalando a Camus y Milo.

Camus: Verdad o reto.

Milo: Reto.

Camus: Te reto a que igual que Saga, te quites la camisa.

El rostro de Camus estaba completamente serio, tal y como siempre, Milo sonrió con picardía ante el reto que su pareja le había puesto.

Milo: Si que querías verme sin ropa simplemente me lo hubieras pedido a solas en la noche, sabes perfectamente que no me hubiera negado.

Dijo mientras se quitaba la camisa, Shaka volvió a taparle los ojos a Mu mientras él miraba con indiferencia a Milo tal y como había visto a Saga cuando se quitó la camisa.

Camus: Idiota, ahora pontela o seguramente te enfermas... Además ya son las doce.

Milo se vistió, y miró su reloj y efectivamente ya eran las doce y cinco minutos, eso explicaba todos lo fuegos artificiales que estaba lanzando los habitantes de Japón.

Los doce caballeros se levantaron y empezaron a caminar hacía sus respectivas habitaciones, ya que en unas horas debían ir al aeropuerto de Japón y tomar un vuelo directo a Grecia.

...

Saori envío a sus sirvientes a despertar a los caballeros para que se preparan para regresar al santuario.

Todos los guardianes de los templos se despertaron e inmediatamente fueron a darse una ducha en los baños de la mansión Kido, minutos después salieron de estos y dispusieron a vestirse con ropa formal, se dirigieron hacia el comedor para poder desayunar junto a la señorita Athena.

Athena: ¿Durmieron bien, caballeros?

Todos asintieron en respuesta a la pregunta que les había hecho su diosa, los sirvientes salieron de la cocina con bandejas de comida que se veía muy deliciosa. Una vez la comida estuvo servida, los doce guerreros empezaron a degustarla, al terminar subieron a sus habitaciones para poder empacar sus cosas e irse al aeropuerto.

Athena: Ya es hora de irnos caballeros.

Todos bajaron con sus maletas y salieron de la mansión, entraron a la limusina de Saori e inmediatamente el conductor encendió el motor y tomo rumbo al aeropuerto del país.

Tardaron unos minutos en llegar pero cuando lo hicieron, bajaron del auto, sacaron sus maletas y entraron al avión, les esperaba un largo viaje.

Las horas pasaron y con ello finalmente llegaron al aeropuerto de la capital de Grecia, al salir del avión pudiera ver cómo cinco caballeros de bronce los esperaban, los cuáles eran Shun de Andrómeda, Hyoga de Cisne, Seiya de Pegaso, Ikki de Fénix, Shiriu de Dragón, sin embargo grande fue la sorpresa de los doce caballeros dorados al ver a Kanon de Dragón Marino.

Saga: ¡KANON! ¿Que haces aquí?

Pregunto mirándolo seriamente a los ojos el mayor de los gemelos.

Kanon: Tranquilo hermanito, el dios Poseidón me permitió venir a pasar un tiempo contigo.

Respondió levantando los brazos en son de paz pues su hermano lo miraba como si en cualquier momento lo atacaría directamente a la yugular.

Ikki: Vaya, al fin llegan, llevamos horas esperándolos.

En su voz se notaba que no tenía absolutamente nada de paciencia, Shun le dió un leve golpe en las costillas por lo que el pelo azul soltó un quejido de dolor.

Shun: Perdonen a mi hermano por su comportamiento, en realidad llegamos hace tan solo diez minutos porque nos quedamos dormidos.

Tras decir esas palabras se rascó la nuca por la vergüenza que sentía al haberse quedado dormido.

Athena: No se preocupen caballeros, les pido que por favor me ayuden a llevar estás maletas.

Saint Seiya: La Nueva Leyenda Dorada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora