El Magnate Neoyorquino

Capitulo 23

-¿Tienes Toallitas?- Pregunta Cristián cuando me levanto.

-Si, en el Baño.

Sé levanta dándome una excelente vista de sus hermosos glúteos marcados.

¡Dios mío, fue el mejor sexo de mi vida!

¿Que sería eso que dijo en Italiano?. Tengo que tomar clases de Italiano.

Él viene con el paquete de toallas. Me acuesta y me abre de piernas. Ve el paquete en sus manos y luego sonríe. Se inclina y lame mi sexo ¡Dios que morbo!.

-Pruebate y pruebame- Me besa. Ese sabor salado de sus jugos y los míos.

Sé posiciona en mi entrada y...

-Ya estuvo bueno. Yo vine desde Venezuela para recibir el año contigo y tu lo recibiste con Cristián- Dice mi madre. ¡Dios que pena!.

A Cristián parece importarle tres quintales de mierda que mi mamá esté en la puerta porque no se mueve ni la ve. Hace el ademán de penetrarme, pero yo me hecho hacia tras.

-Sal- Le digo a mi mama.

-Si no sales en tres minutos vengo.

Cristián me vuelve a Jalar y se vuelve a posicionar entre mis piernas.

-No. Ella enserio va a venir.

-¿Y? ¿No te excita que tu madre te vea coger?- Pregunta con una sonrisa.

-No, no me excita. Me da pena.

-Pues que se te quite la pena.

-No.

Él bufa. Sé levanta y empieza a vestirse.

-¿Te gusta lo ves?.

-Mucho.

-Si. Sé que estoy Bueno.

-Eres el Zeus reencar....

Corto las palabras cuando me doy cuenta de lo que dije.

A Cristián le brota una gran carcajada que es música para mis oídos.

-Si mi nombre no me gustara, me lo cambiara para que no te oigas tan patética diciendolo tu sola.

¿Me dijo patética?.

-Cabrón.

Me levantó de la cama y el me recorre con su mirada. Se que mi físico es atrayente, pero que un hombre como Cristián Black me vea como lo está haciendo justo ahora hace que mi ego suba tres mil pisos de los que estaban.

Voy abrir la puerta de mi habitación para ir a buscar un vestido en la habitación de brenda pero me detienen.

-¿Ibas a salir desnuda?- Me pregunta el hombre que me sostiene del antebrazo.

-Si.

-¿Y tu pensaste que yo te iba a dejar?.

Me encojo de hombros-No tienes porqué darme permiso para andar como quiera en mi casa.

-Pues en tu casa, hay hombres y no quiero que salgas así.

-Pero si ni siquiera me van a ver. Si sabes que hay un pasillo-Le digo con sarcasmo.

El aprieta la mandíbula.

-No vas a salir así- Dice entre dientes.

-Entonces porqué rompiste mi vestido maldito neadertal.

El sonríe.

-Era más excitante. Ahora ve y busca algo que ponerte en el jodido clóset.

-Yo voy a buscar en el de Brenda.